FUENTE: Barris.org

Posiblemente la prueba del triple salto, sea una de las disciplinas atléticas más complejas de todas las que conforman el listado de pruebas olímpicas. Sus ancestros datan de los antiguos Juegos de la Antigüedad, cuando con estilos muy de la época, se organizaban concursos de saltos horizontales entre los que sobresalía uno de tres saltos seguidos.

Pero si nos centramos en la modernidad, fue en Irlanda en sus Juegos Gaélicosdonde ya se median registros en pruebas de tres saltos seguidos, que pronto captaron la atención de los aficionados por su afán a las apuestas. Esto sucedió a mediados del siglo XIX, casi siempre por las tierras altas de las Islas Británicas, alrededor de las décadas de 1826.

Se tendría que decir que estas competiciones, eran una parcela casi exclusivamente propiedad de los atletas profesionales, que acapararon las mejores marcas hasta el año 1873, dejando registrada como mejor marca de este colectivo, la realizada por Tom Aitken con un salto de 14,96m. alcanzada en la ciudad de Innerleithen, localidad de donde proceden casi todos los referentes de las pruebas atléticas del atletismo masculino.

Es verdad que en el intermedio de este dominio de los «atletas profesionales», fueron apareciendo los que verdaderamente ejercían esta disciplina, como una gratificante forma de hacer deporte, sin ningún tipo de incentivo económico, donde solo se permitía la entrega a los vencedores, de medallas o trofeos honoríficos. Por supuesto que estamos hablando de los atletas considerados como «amateurs”.

Uno de estos primeros atletas en destacar, fue el irlandés, Daniel Shanhan, con un registro de 14.50m. en 1886, como así mismo la de otro compatriota suyo John Purcell con 14.70m., un año más tarde. En la última década de este siglo, aparece en el firmamento de esta especialidad, un americano  Edward Bloss, que logra saltar hasta una distancia de 14.78m. en Chicago, el 16 de septiembre de 1893, marca que fue considerada oficialmente como la mejor del Siglo XIX, pero nunca reconocida como plusmarcas mundial.

Edward Bloss en 1893 el mejor del siglo XIX

En aquellos alejados tiempos, era obvio hablar de técnicas y estilos, porque lo único que preocupaba era saltar lo más lejos posible y con el estilo que fuera.

Los había que realizaban los tres saltos seguidos con el mismo pié, como si fuera a “la pata coja”, como igualmente los había, que solían realizar los dos primeros saltos con un pié y un tercero cayendo sobre los dos sobre la arena.

De la misma manera y para más confusión, también los había que realizaban los tres saltos seguidos, cayendo en cada uno de ellos, con los dos pies juntos, para impulsarse de nuevo, desde esta misma posición para el tercer salto. Se median los tres saltos y el que más lejos llegaba, era proclamado vencedor.

Evidentemente, esto no era el triple salto que todos conocemos, pero no deja de ser verdad que realmente se trataba de tres saltos sin interrupción, por lo cual al no existir una reglamentación adecuada, se aceptaban como válidos todos ellos.

Incluso existen documentos oficiales. reconocidos por la IAAF, que nos hablan del “triple salto sin impulso”, que perduró durante muchas décadas hasta los “Juegos Olímpicos de Londres de 1908”, donde el mítico saltador Ray Ewry, en l día de su retirada competitiva, había logrado ganar, ni más ni menos que ocho medallas de oro en las pruebas de altura, longitud triple salto. Este gran atleta tuvo que superar una poliomilitis a los 12 años de edad. Ray Ewry, conocido como el hombre de goma, fue además de un gran campeón, un ejemplo a seguir y un auténtico ídolo en todo el mundo.

DOS LEGENDARIOS SALTADORES DE TRIPLE SALTO

Los norteamericanos James B. Connolly, primer campeón olímpico de la Era Moderna, en Atenas 1886, y Ray Ewry, otro mítico campeón olímpico en Londres,1908 en la prueba de triple salto sin impulso.

LAS PRIMERAS COMPETICIONES DEL SIGLO XX

Como es de imaginar, de todo este maremágnum de formas de saltar, algunos de los pocos entrenadores que existían, fueron sacando sus conclusiones, con la finalidad de aprovechar lo positivo de estos movimientos atléticos, para ir dando forma a un estilo concreto de salto, conscientes de que esta prueba se aprestaba a muchas modificaciones, dada su complejidad, pero que además atraían la atención de los aficionados por su espectacularidad, lo cual aún incentivaba más por encontrar su mejoría.

La primera plusmarca mundial oficial, fue reconocida, por la marca de 15.52m., del atleta americano/irlandés, Daniel F. Ahearn, alcanzada  en Nueva York, el 30 de mayo de 1911. Hay que significar, que este atleta de origen irlandés se nacionalizó ciudadano de los EUA, eliminándose una letra de su apellido, concretamente la última ‘e’ final, dado que su verdadero nombre era Daniel F. Ahearne.

LOS HERMANOS AHEARNE, CAMPEONES DE DIFERENTES PAÍSES 

Su otro hermano, Timoty J. Ahearne, que sí conservaría la letra final, ganó la medalla de oro, en los “Juegos Olímpicos de Londres de 1908” con un salto 14.92m., el 25 de julio de 1908, como participante de su país natal Irlanda, dado que esta nación todavía  conservaba  su independencia, antes de su integración al Reino Unido.

La aceptación de este récord oficial por parte de la IAAF, es un caso atípico muy discutido en su momento, si tenemos en cuenta que la Federación Internacional, no fue constituida hasta el año 1912, durante su primer Congreso celebrado en Estocolmo, del que salió elegido como presidente el sueco J. Sigfrid Edström,  con motivo de los“Juegos Olímpicos” celebrados en la capital escandinava donde entre otros acuerdos, se acordó la homologación de esta primera plusmarca.

Tim Ahearne, primer récord mundial

Pero siempre quedará la duda, del porque no fue reconocida la marca de Timoty  en los “Juegos de Londres de 1908”, como récord universal, cuando todos los requisitos legales fueron correctos, en aquel evento universal. A partir de estos Juegos de Estocolmo, y motivado por la parálisis de la “Primera Mundial”, todas las actividades atléticas fueron suspendidas, teniéndose que esperar hasta el año 1920, para poder reanudar el ciclo establecido de cuatro años, para la organización de una olimpiada, lo cual afortunadamente sucedió, con los “Juegos de Amberes de 1920”, donde esta espectacular y bella prueba, volvió ser el centro de atención de todos los aficionados.

Era lógico que de todas estas modalidades de salto, que siempre fueron habituales, en casi todos los festivales atléticos de aquellas épocas, se aprovechará lo mejor de cada una de ellas, para poder añadir nuevos aspectos técnicos, siendo los técnicos japoneses, los primeros en implantar los nuevos métodos de salto que pronto asimilarían sus atletas.

Ellos fueron igualmente, los que crearon los hoy llamados centros de tecnificación, que fue donde se forjaron muchos especialistas, que irían deslumbrando al mundo con registros de gran relevancia.

 

EL TRIDENTE JAPONÉS DEL TRIPLE SALTO

La técnica que adoptaron en aquella época los saltadores nipones, se basaba fundamentalmente en su velocidad de carrera por la pista de impulso, para terminar después de dos previos saltos más horizontales, de lo que era normal en aquella época, con un tercero, espectacular donde explosionaban toda la fuerza acumulada, para este último salto.

Pero no sería hasta  los “Juegos Olímpicos de Amsterdam” de 1928, cuando apareció un espigado atleta de Japón Mikio Oda, que asombraría al mundo con este nuevo estilo de salto, al proclamarse campeón olímpico con 15.21m. gesta que repetirían sus compatriotas Chuhei Nambu,. Con 15.72m. en los “Juegos de Los Ángeles de 1932”  y más tarde en Berlín de 1936.

Otro japonés Naoto Tajima, se colgaba la medalla de oro, al saltar 16.00 metros, con un nuevo récord olímpico y mundial, como así mismo, tener el honor, de ser el primer atleta de la historia en alcanzar esta mítica marca.

Adhemar Ferreira de Silva

Esta nueva escuela de salto perduraría hasta el año 1950, conformando entre todos ellos, un monopolio, que finalizaría hasta la aparición, de otro de los grandes mitos de esta especialidad, el brasileño, Adhemar Ferreira da Silva, precursor de otra nueva técnica de salto como siempre ha sucedido a lo largo de todos los tiempos. Así es como sucedió, en los “Juegos de Helsinki” 1952 y Melbourne 1964, con la aparición del mencionado Adhemar Ferreira da Silva ganador de estos dos eventos olímpicos, con registros que deslumbraron a los técnicos y aficionados mundiales, al alcanzar las distancias de  16.22m. y 16.35m. respectivamente, como nuevos  récords olímpicos.

Esta gran estrella del triplesalto mundial consolidaría, no solo con cinco topes universales a lo largo de su inigualable historial, sino también el  que daría paso a una nueva escuela de salto más flexible y equilibrada en su técnica, que la japonesa. El mejor registro de este extraordinario saltador, lo alcanzó en México, al saltar 16.56m. el día 16 de marzo de 1955, durante el curso de los“Juegos Panamericanos” celebrados en la capital azteca.

CONTINÚA LA PROGRESIÓN EN EL CONTINENTE EUROPEO

Pero la inquietud por esta excitante prueba, recaló muy rápido por Europa, de forma  especial, en aquellos países conocidos en su momento, como los países del más allá del “telón de acero”, bajo influencia de la Unión Soviética, que fueron realmente los que dieron el impulso definitivo a esta disciplina, que alcanzó su cenit con una sucesión continua de grandes especialistas, entre los que destacaron el polaco, Jösef Schmidt, ganador de dos “Juegos Olímpicos” consecutivos, Roma–1960 Tokio-1964 con 16.81m. y 16.85m. respectivamente, del cual recogieron su testigo, otros grandes atletas de la Europa Oriental.

DOS GRANDES DE LA ESPECIALIDAD

Uno de ellos, posiblemente el que más lustre dio a esta prueba, fue el ruso Víctor Saneyev, ganador de tres olimpiadas consecutivas, Mèxico-1968 con 17.39m.,Munich -1972 con 17.35mMontreal -1976 con 17.29m. al que siguió, otro atleta de la URSSJaak Uudmäe, ganador en Moscú –1980 con un registro de 17.36m. con el cual finalizaría en cierta manera, este aplastante dominio de los atletas de la Europa Oriental.

Una vez finalizado el reinado de estos grandes campeones, la prueba del triple salto, continuaba mejorando sus prestaciones técnicas, contando además con la ayuda que supuso la aparición de las nuevas pistas sintéticas, que tanto influyen en las cada vez más largas carreras de impulso.

Se tendría que decir que todos los atletas a partir de los “Juegos de México-1968”, supieron aprovechar positivamente, estos pasillos de salto, como lo evidencia el baremo de marcas a partir de este evento de la capital mejicana.

Para no ser menos que otros países de Europa, igual que el continente americano, sobretodo el centro y el norte, aportaron así mismo, nuevos y grandes activos con nuevas técnicas de salto al igual que lo hicieron sus predecesores.

LOS REFERENTES EN AMÉRICA DEL NORTE

Los nombres de los americanos, Kenny Harrisón, 18.09m. en 1996Willie Banks17.97m. en 1985 y Christian Taylor en 2012, marcaron un camino en este continente, por el cual muy pronto, se unieron a ellos otros grandes atletas de este hemisferio, como fueron los jamaicanos, cubanos y brasileños, entre los que sobresalen los nombres de James Beckfort. de Jamaica, con 17.92m., Jadel Gregorio de Brasil, con 17.90m., Joäo Carlos Oliveira de Brasil con 17.87m. y Yoelbi Quesada de Cuba, con 17.85m. que fueron entre otros, la punta de lanza para alcanzar la pluralidad mundial que tanto necesitaba esta prueba.

Tampoco era de extrañar que en la vieja Europa, continuaran a su vez aportando nuevos valores, entre los cuales apareció el más grande de todos los tiempos, el inglés Jonathan Edwards con la increíble y actual plusmarca mundial, de 18.29m. alcanzado en la ciudad de Göteborg, el día 7 de agosto de 1995.

La técnica de Jonathan Edwards, radicaba en su punta de velocidad pero sobre todo, en sus dos primeros saltos, relativamente cómodos, con una variante de la escuela japonesa, un poco más rasantes de lo normal, para descargar toda su fuerza e impulso terminal, en un tercero decisivo, que era donde conseguía alcanzar, sus estratosféricas marcas.

QUE SUCEDÍA MIENTRAS TANTO EN NUESTRO ATLETISMO

Mientras todo esto sucedía por el mundo, nuestro atletismo como en casi todas sus deportes, lo que más preocupaba, era remontar el enorme retraso que tenía, con relación a otros países europeos.

Las primeras documentaciones, en nuestro país, datan de los años de 1914, cuando el catalán, Jaime Vidal, es reconocido como primer plusmarquista español, con la marca de 10.60m. alcanzada en Barcelona el día 5 de julio de 1914.

Solo dos años más tarde, un atleta de Madrid, Camilo Calleja, logra saltar la aceptable distancia en aquellos tiempos, de 11.84m. el día 22 de septiembre de 1916 en la capital de España, al siguen en esta ascensión de marcas las logradas por el vizcaíno, José María Yermo  con 13.48m. en 1924, a los que siguen el madrileño Manuel Robles, con 13.70m. en 1930, y el valenciano, José Catalina con 14.07m. siendo primer español en rebasar los 14 metros en 1935. A partir de este instante, el silencio más absoluto provocado por el estadillo bélico de la guerra civil española.

EL GRAN REFERENTE DEL TRIPLE SALTO EN ESPAÑA

Luis Felipe Areta saltando en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964

EL RESURGIR DEL TRIPLE SALTO EN ESPAÑA

Después de los difíciles años de una traumática post-guerra, empiezan apareciendo nuevas generaciones de saltadores entre los cuales destaca el madrileño Óscar Simón, que el día 28 de julio de 1951 consigue en Barcelona, llegar hasta los 14.48m. dando paso al  mejor saltador de la historia del atletismo español, Luis Felipe Areta, cuando en San Sebastián consigue su primer récord nacional con 14.54m., el día 25 de octubre de 1959, utilizando todavía, el pasillo de la carrera de impulso de ceniza.

Luis Felipe Areta llegó a ostentar, siempre estamos hablando de pruebas al aire libre, la increíble cifra, de 21 récords absolutos, siendo su mejor marca la de 16.36m. conseguida en Estocolmo el 2 de julio de 1968, registro que dista de su primera plusmarca cerca de dos metros, lo que evidencia, la aportación positiva que tiene para el salto, las ya comentadas pistas sintéticas, sobre las de ceniza.

DOS ATLETAS QUE HAN MARCADO UN CAMINO Y OTRO QUE LO SIGUE

Con la posterior aparición de Ramón Cid, con 16.68m. en 1970 en Madrid, de Juan Ambrosio,con 16.92,m. en 1968 enSalamanca, de Santiago Moreno actual plusmarquista español con 16.93m. en Ávila, el año 1991 y la última del  asturiano Andrés Capellán, con 16.67m. en 2008 en Valencia, queda muy definido, que esta especialidad esta sólidamente asentada en nuestro país, pero aún con la asignatura pendiente de alcanzar la cota de los 17 metros, objetivo que puede estar al alcance del propio Andrés Capellán, como de Raúl Chapado, con 16.87m., si corroboran al aire libre, sus magníficas marcas alcanzadas en  pista cubierta.

Barris.org. Referentes históricos del triple salto: antecedentes del triple salto en el siglo XIX. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/290-triple-salto-masculino