FUENTE: Barris.org

El lanzamiento de peso tiene sus orígenes en la mitología griega, donde ya se hablaba, de competencias de lanzamiento de piedras, en algunos concursos de fuerza y destreza.

Pero buscando, como en casi todas las especialidades atléticas, sus antecedentes históricos, estos se sitúan en la lejanía de los Juegos de la Antigüedad, desarrollados  en los siglos IV-V-VI  a.C. considerados por los historiadores, como los mejores de aquellos remotos tiempos.

En aquel lejano periodo, el lanzamiento de peso, no figuraba en ninguno de aquellos clásicos Juegos, aunque sí  estaban, los de jabalina y disco, enmarcados en la prueba del Penthatlon.

Hay que conocer, que esta prueba, conformada por cinco disciplinas, era la más emblemática y valorada de todas ellas, dado que el objetivo fundamental  era encontrar el prototipo, como se dice actualmente, del atleta más completo y laureado, para servir como ejemplo, de las cualidades que deberían tener todos los pretendientes, para  acceder como guerreros en las tropas griegas, en el caso de una contienda armada.

Ser el más hábil, el más rápido, el más fuerte y el mejor luchador, era el objetivo principal de todos los aspirantes, que pretendían a integrarse en el ejército griego. Es por ello, que habitualmente se organizaban muchos concursos populares, al margen de los Juegos. Por otra parte, estas opciones de fortaleza, podían dar acceso para participar, en el mencionado Penthatlon, para lo cual, se requerían unas determinadas condiciones físicas.

Sería cientos de años más tarde, ya en pleno siglo XVII d.C, cuando en el curso de los numerosos desafíos, que solían realizarse en Grecia, empezaron a organizarse festivales de toda índole deportiva, entre los que sobresalían, los lanzamientos de artefactos pesados, de diferentes tipos, entre los cuales, predominaba el lanzamiento de piedras de diferentes tamaños y peso. Estas piedras de forma esférica, se moldeaban para un mejor encaje en las manos del lanzador.

Estos desafíos, que muy pronto llegaron a captar el interés popular, tuvo un seguimiento, de una gran masa de espectadores, pero nunca llegaron a figurar en  el programa de unos Juegos, a pesar de los deseos de la ciudadanía. De todas formas, casi se puede asegurar que estos eventos, pueden ser considerados, como los referentes más lejanos.

EL COMIENZO DE SU EXPANSIÓN FUERA DE GRECIA

Una vez expuestos estos antecedentes, entramos con un gran salto entre épocas, en pleno periodo del Siglo XVII, donde serían una vez más, los países británicos quienes empezarían a organizar, diferentes desafíos de demostración de fuerza, incluyendo el lanzamiento de la bala, como se denominaba en sus principio, en los típicos festivales rurales, que anualmente se desarrollaban por todos los condados de Irlanda y Escocia, encontrando muy pronto, su puesto natural en estos tradicionales eventos.

George Gray-1898

Estos primeros movimientos, se experimentaron con balas de cañón, de un peso aproximado, a los 7 kilos, que con el paso del tiempo, se irían remodelando hasta llegar a los 7.257 actuales. Como en otras disciplinas atléticas, muy rápido también, esta prueba traspasó el Atlántico, hasta llegar a los Estados Unidos, donde fue introducida en colegios y universidades, con una gran aceptación.

Los lanzamientos en sus inicios, se realizaban partiendo de una zona cuadrada, enmarcada en el suelo, con unas líneas de cal, sobre tierra o hierba, según las características del terreno, pero sin el contenedor frontal de madera.

Esta plataforma de lanzamiento, utilizada en los Juegos de Atenas de 1896, y París de 1900, no fue reemplazada hasta los Juegos de Sant Louis en 1904, por otra circular de 2.13 de diámetro, tal como se reglamentó sobre piso de tierra o ceniza. No sería hasta los años de 1952 y 53, cuando esta superficie sería sustituida,  por la actual de cemento, que  todos conocemos.

Igualmente su técnica con el paso del tiempo, se iría perfeccionando con una gran variedad de estilos, como eran los  lanzamientos de frente y parado, torsión del tronco hacía adelante, de costado con desplazamiento lateral, de espaldas con traslación hacía adelante, lanzamiento con medio giro, lanzamiento con giros completos, semejantes al actual lanzamiento del disco, además de algunos otros ensayos técnicos, como intentó en su momento aportar, nuestro recordado compatriota Emilio Campra, del cual sé aprovecharon algunos de sus movimientos, para aplicarlos a los estilos actuales.

EL COMIENZO DE SU VERSIÓN MODERNA

Si tenemos que nombrar a un atleta del cual existe una marca, aunque sea extraoficial por tratarse de un profesional, la encontraremos en los libros de la propia IAFF, en los cuales tienen registrado el nombre del inglés William Goodfellow, el cual lanzó el peso en la localidad de Innerleihten, el día 26 de septiembre de 1827, hasta una distancia de 11.43 metros.

Durante un periodo de cerca de 15 años, seguirían las evoluciones de estos atletas profesionales, que alcanzarían marcas que oscilaban, entre los mencionados de 11.43 de Goodfellow,  y los 12.55 de su compatriota Charles Balleny, registrados en la población de Ayton, el 14 de octubre de 1842.

La primera marca reconocida de un atleta amateur, no llegó hasta 17 años más tarde, cuando otro inglés, Hugh Williams, alcanzó en Cambridge, la discreta marca de 10.72, el 15 de marzo de 1859.

Siempre bajo el dominio de los atletas británicos, esta disciplina, sufrió una cierta parálisis en cuanto a registros de calidad se refiere, hasta que apareció por primera vez un atleta no británico, en la figura indiscutible, del canadiense George Gray, que fue reconocido como el mejor lanzador del siglo XIX con una marca de 14.76, alcanzada en Ottawa, el día 1 de agosto de 1898.

Pero siguiendo con la cronología de este siglo, no se puede silenciar el nombre del irlandés Deni Horgan, un peculiar y genial gran atleta, que dominó todos los listados de mejores marcas de este final de siglo, cuyo cenit lo alcanzó en Mallow, al lanzar hasta los 14.88 metros, pero este registro no pudo oficializarse, por las dudas que generó, tanto por el peso del artefacto, como por las características del foso de lanzamiento.

UN NUEVO CONCEPTO DE LANZAMIENTO DE PESO 

Ya de lleno en la época moderna de los Juegos Olímpicos, que se reanudaron en Atenas en 1896, esta especialidad se consolida definitivamente, con el primer campeón olímpico de esta nueva época, el americano Robert Garret. Este atleta  procedente de una acaudalada familia americana, pago de su bolsillo el viaje hasta la capital griega, junto con  otros cuatro compatriotas  a los que también costeo el viaje.

Este polifacético atleta, que en principio solo pensaba participar en peso, lo hizo igualmente en disco, consiguiendo alcanzar en ambas pruebas la medalla de oro. Pero si esto no fuera suficiente, también tomó parte en los concursos de altura y longitud, donde lograría alcanzar en ambas, la medalla de plata.

La progresión de esta especialidad, que cada vez tenía más adictos, continuó de forma incesante, hasta alcanzar su mayoría de edad, en los Juegos Olímpicos de Sant Louis de 1904, donde la aparición arrolladora, de otro americano Ralph Rose, le permitió proclamarse campeón olímpico con 14.81.

Su dominio absoluto, continuaría hasta los siguientes Juegos de Londres de 1908, donde nuevamente obtendría la medalla de oro, con un lanzamiento de 14.21. Un año más tarde este gran atleta es reconocido oficialmente, como el primer plusmarquista mundial, al lanzar en San Francisco, hasta los 15.54, el día 21 de agosto de 1909.

Como puede observarse el dominio de los lanzadores americanos, salvo unas breves apariciones de atletas de la Europa del Este, fue totalmente abrumador, liderando todos los ránkings mundiales, hasta la década de 1970, que  finaliza su dominio, cuando otro americano Terry Albritton, establece un nuevo  récord mundial de 21.78 metros, alcanzado el 21 de febrero de 1976 en Honolulu.

Actualmente la plusmarca mundial, después de otra década, con nuevas apariciones de diferentes lanzadores europeos, vuelve a estar en posesión de otro atleta de EEUURandy Barnes con un tiro de 23.12 metros, logrado el día 20 de mayo de 1990, en la ciudad de Los Ángeles.

LOS AUTÉNTICOS MOTORES DE ESTOS LANZAMIENTOS EN ESPAÑA

Los lanzamientos en nuestro calendario nacional, han sido durante muchas décadas la asignatura pendiente de mejora, en relación con otras disciplinas. Como se podrá observar por las tablas insertadas al final de este documento, nuestras marcas a pesar de los esfuerzos de los técnicos de la época, estaban totalmente estancadas, sin aparecer  ni siquiera en la lejanía, aquella figura que podría representar para nuestros atletas, el trampolín que se necesitaba, para dar el salto cualitativo que todos deseaban.

Si es cierto, que después del legendario José Luis Torres 14.01 en 1948 y Alfonso Vidal Quadras 15.12 en 1950, esta especialidad empieza por fin a despertar gracias a los nombres de Antonio Herreria 17.51 en 1969 y de Martín Vara, dominador durante dos décadas 1970 1980, con unos esperanzadores 18.40 metros, con lo cual se empieza a dotar a esta especialidad, el nivel de calidad que tanto necesitaba.

Pero el espaldarazo definitivo llegaría, en las décadas de 1997 y 2002, cuando aparece el nombre del leonés Manuel Martínez, quizás un poco tarde para nuestros ránkings, consigue por  fin, remontar el nivel de esta especialidad, con muy buenas marcas, como fueron los 20.27 metros en 1997 y 21.47 en 2002, que constituyen los incentivos que necesitaba esta prueba, para recuperar el inmenso retraso que tenía, con relación a los listados internacionales

Una prueba evidente, de lo lejos que estábamos en aquellos tiempos, en los ránkings de alto nivel, bastará comprobar, que en el año 1965  Randy Matson, ya había lanzado hasta los 21.52, metros. Dicho de otra manera, cuando nuestro actual plusmarquista, alcanza sus 21.47 metros, en el año 2002, llevaba un retraso de 37 años con respecto al récord mundial

Un hilo de esperanza para permanecer en los puestos altos de las tablas internacionales, abierta por Manuel Martínez, dependerá de nuestros actuales campeones, Borja Vivas, Germán Millán, Daniel Anglés, que junto con otros que seguirán surgiendo, de los reconocidos centros de tecnificación de nuestro país, sepan aprovechar el referente y el camino marcado, por nuestro actual plusmarquista español, para seguir manteniendo estos puestos de privilegio, que tantos años de trabajo costó.

LOS PILARES PARA CONSOLIDAR ESTA PRUEBA EN ESPAÑA

EL INDISCUTIBLE PLUSMARQUISTA MUNDIAL

El americano Randy Barnes, recordman mundial con 23.12 metros, alcanzados el día 20 de mayo de 1990, en la ciudad de Westeood

Listados cerrados el día 26 de Julio de 2018

Barris.org. Referentes históricos de lanzamiento de peso: sus orígenes más remotos. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/294-lanzamiento-de-peso-masculino