FUENTE: Barris.org

Aunque existen algunos documentos que nos hablan, que en los “Juegos de la Antigüedad ” junto al lanzamiento del disco y la jabalina, se realizaba un tercero, que consistía en lanzar una bola de hierro, asida con un corto cable de acero, es aventurado asegurar por falta de datos, que esto pudiera ser el primer referente de esta disciplina. Esto sucedía, entre los años 300 y 600 d.C. Luego vino el silencio más absoluto, hasta los siglos XVII y XVIII, cuando los ingleses la recuperan.

Fue en las Islas Británicas, concretamente en Escocía, cuando con motivo de la celebración anual, de los conocidos “Highland Games” cuya traducción es “Juegos de las Tierras Altas” que ya venían celebrándose durante estos mencionados siglos, es   donde aparece por primera vez, entre los exigentes torneos que se organizan, la prueba del lanzamiento del martillo. Estos desafíos que se disputan entre los meses de agosto y septiembre, están envueltos en su entorno con un espectáculo lleno de un gran colorido y belleza, recomendable para todos aquellos amantes de los deportes típicos rurales, en su esencia más pura.

Estos eventos servían para calibrar la fuerza, la habilidad, la resistencia y la destreza de los hombres más fuertes, donde la prueba del martillo era considerada como una de las más espectaculares junto con el lanzamiento del peso, del tronco cilíndrico de gran dimensión, además de la tracción a cuerda entre equipos. También se celebran otras disciplinas atléticas, como las de campo a travésvelocidad y saltos, en alternancia con otras pruebas del calendario atlético.

Personalmente, y antes de continuar con este documento del lanzamiento del martillo, me gustaría decir, que en el año 1956, tuve el honor de ser invitado para participar en el curso de los “Highland Games”, en la prueba de la milla sobre una pista de césped muy embarrada en el campo de rugby del estadio de Edimburgo, donde alcancé el primer récord español de esta prueba, en una tormentosa tarde del mes de agosto.

Continuando con los referentes del martillo, se tiene que saber que aquellos remotos tiempos de los Siglos XVII y XVII, existían dos tipos de artefactos. Uno consistía en un bloque de hierro muy pesado con una cadena muy corta de unos 30 cm. El otro era una bola de diferente diseño, adosada a un palo cilíndrico, con una anilla en su extremo, para poner las manos. El lanzamiento consistía en dar giros con las dos manos sujetando el martillo, por encima de la cabeza, para lanzarlo lo más lejos posible, sin ningún tipo giratorio del cuerpo.

Martillo adosado a un palo de madera

Estos festivales se completaban con danzas típicas del país, concurso de canto, conciertos de gaitas y otras habilidades, con participación también de las mujeres, donde todos tanto para unos como para otros, tenían que estar ataviados con el t´pico traje del país, el tradicional Kilt o falda escocesa.

Pero no sería hasta el 1828, cuando se intentó canalizar el lanzamiento del martillo, dándole un formato más acorde con el que hoy esta en vigor, dado que en aquel tiempo, cada clan o sociedad,vinculados con los “Highland Games”, decidía a su manera, cual de los dos, era el más adecuado para estos desafíos. Pero las diferencias de criterio que existían, entre los dos grandes clanes rivales, la NIAAA y la GAA, hacían cada vez más difícil, la unificación y regulación de esta disciplina, en muchos de sus aspectos.

 

LOS PRIMEROS MOVIMIENTOS OFICIALES EN EL SIGLO XIX

Martillo sujetado con cadena

La primera marca reconocida, fue la del británico Adam Wilson, que lanzó la bola hasta los 27.74m. el 10 de mayo de 1928 en la población de Hunters Tryst. En esta primera actuación, ya se utilizo un tipo de martillo muy similar al actual.

El dominio de esta prueba, prescindiendo de las modificaciones que tuvo este artefacto, que fueron varias, fue abrumador por parte de los atletas británicos, los cuales durante todo el Siglo XIX y parte del XX, llegaron a mejorar aquella marca de Adam Wilson, nada más ni nada menos, que en 61 ocasiones, sobresaliendo por encima de todos James Mitch que lo hizo en 12 ocasiones, hasta la aparición de Jhon Flanagan, un escocés, posteriormente nacionalizado norteamericano, considerado como el icono de esta especialidad, en aquellos remotos tiempos.

Jhon Flanagan, detentó la mejor marca mundial en 18 ocasiones, conquistando el mejor registro del Siglo XIX, con un lanzamiento de 51.10m. alcanzado en Nueva York, el 23 de septiembre de 1899. Igualmente sentó cátedra, ganando por tres veces consecutivas, la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de París en 1900Sant Louis en 1904 y Londres en 1908.

Su mejor registro lo consiguió en New Haven, el 24 de julio de 1909, alcanzando una distancia de 56.18m. Hay que hacer mención que Jhon Flanagan representó a su país de origen Escocia, hasta el año el año 1901, en que se nacionalizó como ciudadano de los EE.UU. de América, con la cual alcanzó sus mejores registros, y dos de sus tres títulos olímpicos.

Con la constitución de la Federación Internacional de Atletismo IAAF en Estocolmo el año 1911, una de sus primeras decisiones, fue la homologación de algunas de aquellas marcas anteriores, que tuvieran una cierta veracidad, entre las cuales estaba la del británico Pat Ryan, por su marca de 57.77 m lograda en Nueva York el día 17 de agosto de 1913, la cual lógicamente, es considerada como la primera plusmarca oficial de esta especialidad. De todo lo anterior hasta entonces, solo eran considerados los títulos y plusmarcas olímpicas, como así mismo, las mejores marcas mundiales, pero no como récords, dado que aún no existía la Federación Internacional de Atletismo IAAF.

EL GRAN REFERENTE DE TODOS LOS LANZADORES MUNDIALES

Jhon Flanagan, el mas grande todos los lanzadores mundiales del Siglo XIX y primero del XX. Fue 18 veces mejor marca mundial y 3 veces consecutivas Campeón Olímpico de la especialidad

EL COMIENZO DE UNA NUEVA ERA

Muy pronto bajo el control de la IAAF la aparición y sucesión de plusmarcas fue apabullante, por parte de los países del bloque de la Europa del Este, que dominaron totalmente esta especialidad, desde el año de 1948 hasta nuestro días de hoy, con la sola intromisión del norteamericano Harol Connolly, que durante la década de 1956 a 1966 consiguió romper la hegemonía de los Europeos, consiguiendo 6 récords mundiales consecutivos y una Medalla de Oro en los “Juegos de Melbourne de 1956.

Harold Connolly

De Harold Connoly se tiene que saber, que en los Juegos de Melbourne de 1956, vivió un apasionante romance con la Campeona Olímpica de lanzamiento del disco en los mismos Juegos, la checoslovaca Olga Fikotová, que terminó con un enlace matrimonial, que llamó poderosamente la atención mundial, dado que estábamos en pleno periodo de la Guerra Fría, entre los aliados y el bloque del Este Europeo.

Los antecesores de Harol Connolly fueron todos ellos atletas de una gran calidad, como los húngaros Imre Németh y Jözsef Csermák, el soviético Mikhail Krivonosov, este con récords del mundo, el último de los cuales lo consiguió en Tashken, con 67.32m., el 22 de octubre de 1956, marca considerada en aquellos años, de una gran calidad.

Si hablamos de los sucesores de Harold Connolly, la lista sería interminable, pero recordaremos los nombres de los rusos Anatoly Bondarchuk con 75.48m. en 1969, que con el paso de los años sería el entrenador del más grande de todos los lanzadores mundiales, el actual recordman Yuriy Harold Connolly Sedykn, cuyo tope universal de 86.74m. permanece inamovible desde el año 1986.

Otros antecesores fueron, los alemanes Walter Schmidt con 79.30m en 1975Karl-Hans Riehm, con 80.32m. en 1978, sin olvidar al gran atleta también soviético, Sergey Litvinov con 84.14m. en 1983 y de Ivan Tikhon de Bielorrusia con un tiro 86.73m. conseguido en la ciudad de Brest, el día 3 de julio de 2005.

EL MEJOR LANZADOR MUNDIAL DE LA ÉPOCA MODERNA

El lanzador de Rusía, Yuriy Sedykn, actual recordman mundial, con una marca de 86.74m. alcanzada en Stuttgart, el 22 de junio de 1986

EL LANZAMIENTO DEL MARTILLO EN ESPAÑA

Los primeros lanzamientos oficiales en nuestro país, fueron casi a par, con la constitución de la IAAF, dentro de la segunda década del pasado Siglo XX,en la cual, el atleta catalán José Soler, alcanza la mejor marca de este decenio, cuando lanza en Barcelona, hasta la distancia de 25.30m. el 30 de octubre de 1919.

Como puede observarse dentro de la precariedad de aquellos años, nuestro atletismo, siempre movido por unos pocos aficionados, no estaba al margen de lo ya acontecía en casi todos los países del mundo, apareciendo en los años 1920 y 1930, el nombre de Fernando García Doctor, que dominó totalmente con marcas, de 40.57m. y 43.23m. logradas en Madrid, los años 1926 y 1931 respectivamente.

Lorenzo Martínez, un grande del lanzamiento de martillo

Pero como sucedió, con otras disciplinas de nuestro atletismo, cuando el camino ya estaba muy bien señalado, todo quedó bruscamente roto, por el triste conflicto de nuestra Guerra Civil, la cual acabó con todas las ilusiones de atletas y dirigentes, de un deporte, que ya había estado presente en unos Juegos Olímpicos, organizando diversos Campeonatos de España, disputado encuentros internacionales y disponiendo a la vez, de dos bellos estadios Tolosa y Montjuic, que tanta incidencia positiva tuvieron para el desarrollo atlético español, tanto antes como después, de este desgraciado conflicto bélico.

Pero si difícil fue empezar, mucho más lo fue la recuperación de lo que quedó atrás. El clima político y social que se respiraba en la post-guerra, fue un gran obstáculo difícil de superar, pero que gracias al regreso de la gente, que sobrevivió de un periodo para olvidar, pero la recuperación, aunque lenta fue muy firme.

Como todo hay que decirlo, es justo señalar, que la   reanudación de los Campeonatos de España, como así mismo los Regionales, tuvieron que ver mucho con los éxitos de los mismos, con la presencia del Frente de Juventudes, una cantera inagotable, donde se forjaron en estos campeonatos, la casi totalidad de los mejores atletas españoles, de aquellos complicados años. Así mismo lo fueron los Campeonatos Universitarios y Militares, que sin duda fueron el trampolín, que necesitaba nuestro atletismo, para dar el salto cualitativo hacía adelante, que hacía tiempo necesitaba el deporte en general, con todo lo cual, nos conduciría con al paso de los años, a las cotas más altas del atletismo mundial.

La década de los años 1940 y 1950, pueden considerarse como los grandes referentes de todas las pruebas de nuestro deporte, en esta segunda etapa del siglo. En esta especialidad del martillo, pronto aparecieron nombres muy conocidos, que sentaron cátedra, como el leonés Lorenzo Martínez, varias veces campeón y plusmarquista de España, en una época, como queda dicho anteriormente, muy difícil en nuestro país.

Este fornido atleta leonés, toda una fuerza de la naturaleza, con una técnica muy deficiente, fue capaz de alcanzar marcas muy valiosas, como así mismo, lo consiguieron los José Mª. Elorriaga, Santiago Urquijo, Salvador Bosch, Ramón Montes, Emilio Mora, entre otros destacados atletas.

No paso demasiado tiempo, en aparecer los sucesores naturales de esta vieja guardia de la especialidad, donde los nombres de José Luis Falcón, Juan Otero, José Alcántara, Antonio Fibla, Lorenzo Cassi y Raúl Jimeno, dejaron visibles muestras, de los avances que podía tener esta especialidad, por los atletas que ya iban apareciendo por todos los rincones de nuestra península, con marcas muy prometedoras.

APARICIÓN DE UNA FUTURA PROMESA DEL LANZAMIENTO DEL MARTILLO

La positiva aparición en el horizonte de esta especialidad, de Javier Cienfuegos, es sin duda una gran noticia para una disciplina que hasta el momento, siendo una de las más atractivas de todos los lanzamientos, pasaba bastante desapercibida para muchos aficionados, más atentos a otras pruebas que se disputan, casi siempre paralelamente, con la del lanzamiento del martillo.

Su reciente plusmarca mundial “Junior”, con un tiro de 82.93m. es un gran activo para esta prueba, y por supuesto, un balón de oxígeno para este espectacular lanzamiento, que últimamente parecía bastante encasquillado en su progresión, lo que posiblemente comportará, la presencia de nuevos y jóvenes lanzadores.

De su juventud y del cariño que demuestra por su prueba, Javier Cienfuegos justificando este deseo, su respuesta no ha tardado demasiado en llegar, con el regalo de un nuevo récord nacional con un registro de 76.71m. logrado en la población madrileña de Leganes el 17 de julio de 2013. superando el registro anterior de Moisés Campeny de 75.42m. desde el año 2003.

Hay que recordar que los récords se establecen para que otros los superen, sin olvidar que el ejemplo y el esfuerzo que conlleva alcanzarlos, siempre quedan grabados en la historia de cada especialidad, a la vez que crean un referente a seguir.

Barris.org. Referentes históricos del lanzamiento de martillo: uno de los más remotos lanzamientos actuales. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/339-lanzamiento-de-martillo-masculino