FUENTE: barris.org

La historia de esta espectacular disciplina tuvo unos largos y complicados pasajes, hasta llegar a la realidad actual. En un principio, moviéndonos en pleno Siglo XIX, la prueba de 100 metros lisos, tenía una importancia muy relativa, siendo las 100 yardas la que acaparaban la atención de los aficionados, la cual siempre tenía un lugar preferente, en casi todos los festivales atléticos.

La primera marca reconocida oficialmente, se efectuó en Cambridg el día 29-11-1855 cuando el británico Thomas Bury corre la distancia con un tiempo de 10,0, marca que igualarían posteriormente, nada más ni nada menos, que 79 atletas, casualmente todos ellos de raza blanca y con nacionalidad inglesa, hasta que en el año 1890, surge un tal Jhon R Owen, de Estados Unidos, que consigue en Washington,  un tiempo de 9,3/5. rompiendo esta hegemonía de los atletas británicos. Hay que señalar que en este nuevo listado de marcas, se encontraban incluidos, seis australianos y un canadiense.

Luther Cary – 1891

Es a partir de este instante, cuando la aparición de atletas americanos es incesante hasta finales de 1899, siendo Luther Cary, con una marca de 9,3/4 considerado el  mejor atleta  de este Siglo, alcanzada en Lawrenceville el 01-06-1891.

Hay que señalar que en todas estas marcas fueron reconocidas como tales, pero nunca como récords, dado que todavía no existía la Federación Internacional, la cual aduciría posteriormente, que la falta de aparatos medidores de la velocidad del viento, que no existían en aquellas épocas, les impedían dar la validez a muchos otros registros, que se sucedieron en aquellos años.

El sistema para verificar la velocidad del viento, se implantaría en Londres en 1886, donde el británico Arthur Whartón alcanza los 11,0. Un año más tarde otro velocista inglés Charles Sherrill, es considerado como el primer atleta que sale agachado con los tacos de salida adosados en el suelo. Esta atípica postura  provocaría cierta hilaridad entre el público asistente y de los propios jueces,  acostumbrados a contemplar a los atletas saliendo cada uno como quería, pero nunca imaginando, que pudieran realizarlo en esta para ellos, cómica postura.

Tom Burke-1896

Sobre esta opinión tan generalizada no estaría de más, recordar que el ganador de los 100 metros en la “Olimpiada de Atenas” de 1896Tom Burke, sería el único de los finalistas, que adoptó  este tipo de salida, ganando la medalla de oro con 12,0 seg.

Otra anécdota para ayudarnos a entender un poco más, el tipo de atletismo que se realizaba en aquellos tiempos, reside en recordar, quien fue el primer atleta que corrió con  zapatillas de clavos, señalando algunos estudiadores, que fue el americano William Curtis en 1880, aunque continúa la duda, si esta idea vino de América, o nació en la propia Gran Bretaña, país innovador de muchos de los aspectos  técnicos de nuestro deporte.

Siempre recopilando datos sobre las 100 yardas, ya en  plena vigencia federativa, la primera marca que este organismo  reconoce como plusmarca mundial, pertenece a otro americano Daniel Nelly, por su tiempo de 9,3/5 logrado en Spokane el 23-06-1906.

LOS 100 METROS LISOS EMPIEZAN A ENCONTRAR SU ESPACIO

A pesar de que las medidas anglosajonas, siguen presentes durante el Siglo XIX,  la prueba de los 100 metros, comienza a buscar su propio espacio, que poco a poco consigue alcanzar, aunque considerado aún, como un plato de segunda mesa, en algunos de los programas atléticos.

La primera carrera sobre la distancia de 100 metros lisos, se desarrolló el día  27-07-1867 en la localidad de Haslingden, donde el inglés William MacLaren, fue el ganador con la marca de 11,0 seg., aunque existen dudas sobre la exactitud de la distancia, que dijeron era 110 yardas (100.58) , con cual se corrieron unos 58 cm. de más.

Así mismo en este preámbulo de la época moderna, se reconoció otra  marca en el  hectómetro, a cargo de otro británico Cecil Lee, cuando el 25-09-1892 ganó su prueba en los “Campeonatos de Bélgica”, con un tiempo de 10 4/5, (entonces se cronometraba por quintos, en vez de décimas), registro que igualaría un año más tarde, el belga  Etienne de Ré, en  Bruselas, el 04-07-1893.

Desde este momento y hasta el año 1906, se suman a esta marca del atleta belga, una gran cantidad de velocistas ingleses, que consiguen igualar este  tiempo, hasta que aparece un desconocido atleta sueco, Knut Linberg, el cual rebaja esta marca, con un crono de 10,3/5, para entrar ya en  la antesala de los “Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912”, donde un alemán Emil Ketterer, es considerado como el primer atleta cronometrado por décimas, al ganar los 100 metros con un tiempo de 10,5 en la ciudad alemana de Karlsruhe, el 09-07-1911.

Pero lo realmente histórico, sucede  cuando por primera vez, se reconoce oficialmente por l’IAAF, la primera plusmarca mundial, otorgada al americano Donald Lippincott, cuando en los «Juegos Olímpicos de Estocolmo de 1912″, consigue en una de las series eliminatorias, la marca de 10,6. El vencedor de esta final olímpica, fue el americano   Ralph Cook, que consiguió  la medalla de oro, con un tiempo inferior de 10,8.

Charlie Paddock – 1921

Esta marca de Lippincoot, que fue igualada ocho años más tarde, en el mismo estadio de Estocolmo, por el americano Jackson Scholz, exactamente el 19 de septiembre de 1920, tuvo una duración de nueve años, hasta el día 23 de abril de 1921, cuando surgió otro prodigio de la inagotable cantera de   los Estados Unidos,  Charles Paddock, logrando un nuevo record mundial con 10,4 en la ciudad californiana de Redlands.

Me gustaría hacer constar que cuando  hablamos de  estos grandes velocistas, todos de raza blanca.Es cuando aparece en el firmamento de esta prueba, del primer plusmarquista de color, Thomas “Eddie” Tolan, conocido como “el expreso de medianoche”, quizás debido al color de su piel, pero que ya tenía en su haber, unas marcas de gran relieve de 10,4 logradas el 8 de septiembre de 1929 en Estocolmo, como así mismo unos extraordinarios 10,3  alcanzados en los “Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1932” el día 1 de agosto, con lo cual igualaba el récord mundial del canadiense Percy Williams, alcanzado dos años antes en Toronto.

El hablar de forma específica de Thomas «Eddie» Tolán, viene dado por una de las injusticias más grandes que se originaron, después de los lamentables episodis raciales sucedidos en los «Juegos de Sant Louis» del año 1904. Esto sucedió en un festival atlética celebrado en Vancouver, a mediados de 1928, cuando puso de pié a todo el estadio, al registrar la estratosférica marca de 10,2 que representaba una nueva plusmarca mundial.

De inmediato este registro, fue injustamente anulado por los jueces, alegando que no se podía aceptar, por la falta del medidor del viento, y porque la pista no era plana, dado que la línea  de llegada según ellos, estaba situada 50 cn.más alta, que la línea de salida, con lo cual se deduce, que si verdaderamente existía un cierto desnivel, este era en un plano ascendente.

En cuanto a la intensidad del viento, todo el público vio, que en aquellos instantes no soplaba ni pizca del   mismo, por lo cual el récord mundial permaneció inalterable, en los 10,4 de Charles Paddock desde el año 1921.

 LA LLEGADA QUE PUDO SER HISTÓRICA EN VANCOUER EL AÑO 1928

El atleta de color Thomas “Eddie” Tolan, vence al canadiense Percy Williams, en Vancouer el año 1928

POR PRIMERA VEZ UN ATLETA DE COLOR GANA EL ORO OLÍMPICO EN LA PRUEBA DE 100 METROS LISOS

Pero la venganza, por decirlo de alguna manera, vino dada unos años más tarde, cuando en los “Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1932” el propio Thomas “Eddie” Tolan, no solo consiguió ser el primer campeón olímpico, de raza negra de la historia, ganando los 100 metros con 10,3, que igualaba la vigente la plusmarca mundial de Percy Williams, sino que además ganó, la Medalla de Oro, en los 200 metros, con el tiempo de 21,2 lo que constituía una nueva Plusmarca Olímpica.

Con estas victorias de Thomas “Eddie” Tolan, comenzó el dominio acaparador de los atletas de raza negra en esta distancia, en la cual el mítico Jesse Owens, ganador de cuatro medallas de oro, en Berlín, el año 1936, antes del estallido de la “II Guerra Mundial de 1936” seguiría el mismo camino, hecho que determinó, que el propio Adolf Hitler, propulsor de la superioridad de la raza aria, sobre la de color, rechazara felicitarlo, por considerar que este hecho constituía una humillación, por lo cual abandonó el estadio, antes de efectuarse la Ceremonia de las Premiaciones.

EL GRAN REFERENTE DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

Jesse Owens en Berlín en 1936, después de ganar cuatro Medallas de Oro, en 100 m. 200 m. longitud y relevos 4 x 100m

LA  NUEVA  ETAPA DESPUÉS DE LA “II GUERRA MUNDIAL DE 1936

Las gestas de estos dos grandes atletas, tuvieron su continuidad, en otro compatriota,  también de color Harrison Dillard, que una vez finalizada la contienda bélica mundial, conseguiría en la reanudación de los “Juegos Olímpicos de Londres en 1948”, alcanzar otra medalla de oro, en la misma prueba de los 100 metros.

Hay que significar que desde los Juegos de la capital inglesa, hasta nuestros días, tan solo cuatro atletas de raza blanca, han tenido el honor de subir a lo mas alto del podio olímpico, con Lindy Remigio de EUA, en los de Helsinki de 1952, Bobby Morrow de EUA,  en Melbourne en 1956Armín Hary  de GER en Roma en 1960 y Valeri Borzow, de la URS, en Munich en 1972.

LA  POLÉMICA SALIDA DE ARMÍN HARY EN LOS JJ. OO. ROMA  DE 1960

Fotografía de la segunda salida de Armín Hary, con todo el estadio pendiente de el, donde se puede apreciar su velocidad de reacción saliendo de los tacos, que los jueces dieron por válida, después de haber anulado la primera. Su marca de 10,2 sobre pista de ceniza, le valieron para ganar la medalla de oro.

Sobre el alemán Armín Hary, habría que decir, que ha sido hasta la fecha, el atleta con más poder de reacción al pistoletazo de salida, creando casi siempre la duda de una salida nula, a la que seguían  polémicas de todo tipo.

Por mi parte, que en más de una ocasión coincidí con el, en varios festivales internacionales, en el curso de mis giras europeas, puedo decir que era muy difícil asegurar la legalidad de sus salidas. No creo que existiera nunca tanta expectación en una salida de 100 metros, cuando en ella estaba Armín Hary.

Era un verdadero relámpago, que acertó de lleno, el día 21 de junio de 1960, cuando en la pista de ceniza, de Zürich se coronó plusmarquista mundial, con el increíble tiempo de 10.0 seg., marca que permaneció imbatida hasta el año 1968, cuando el americano, Jim Hines, lo rebajo en Sacramento el día 28-08-1968 en pista de tartán, con 9,9 (manual), registro que mejoraría meses más tarde en “Los Juegos Olímpicos de Méjico de 1968”  hasta los 9,95  ya con cronometraje eléctrico en vigor, en pista sistentica y con una altitud idónea para las pruebas de velocidad y saltos.

EL COMIENZO DE UNA NUEVA ÉPOCA EN  ESTA ESPECIALIDAD

Hasta llegar a la cita de los “Juegos Olímpicos de Roma de 1960”, todos los registros eran realizados  manualmente y en pista de ceniza. Fue en el año 1967, cuando empieza una nueva etapa, que marcará para siempre, un antes y un después de estos recordados Juegos de la capital italiana, al decidir la Federación Internacional, que todos los registros realizados en carreras, ya fueran lisos o con vallas, deberían ser realizados para su homologación, con cronometraje eléctrico.

Por un lado la IAAF, con la aparición de las pistas sintéticas, los nuevos patrocinadores, los medios de comunicación, las  televisiones con sus nuevas tecnologías, etc., fueron en cierto modo, un acoso constante para la Federación Internacional, que delante de tanta presión mediática, no tuvo más remedio que claudicar y cambiar sus propias normativas, admitiendo el profesionalismo abierto para todo el colectivo atlético internacional, aunque fuera en contra, de los principios fundamentales de la historia olímpica.

Este cambio proporcionó sin duda, una continua organización de grandes meetings internacionales, donde los organizadores gracias a estos nuevos patrocinadores, les permitía la contratación de los mejores atletas mundiales. La disponibilidad económica derivada entre otros ingresos, de las televisiones, les permitía ofrecer suculentos  incentivos económicos, a los mejores atletas del momento, como así mismo la contratación de los “atletas-liebres” profesionales para las carreras, con lo cual no es de extrañar la continua vorágine de grandes registros, que actualmente se alcanzan en estos festivales, en las pruebas de medio fondo y fondo.

RECORDANDO LA INJUSTICIA MAS GRANDE DE LA  HISTORIA ATLÉTICA

Jim Thorpe en 1912

Cuando uno intenta entrar en las profundidades de nuestro deporte,  para conocer sus orígenes prehistóricos, y poder contrastarlo con el  que actualmente nos ha tocado vivir, uno no puede dejar de recordar, una de las injusticias más grandes de nuestra historia atlética, cuando recordamos que por una exigua cantidad, que no llegaba a  los 200 dólares mensuales, el “indio americano” Jim Thorpe, considerado el atleta más completo de la historia, fue descalificado de por vida, por profanar el amateurismo, siendo despojado de sus cinco medallas olímpicas tan legítimamente ganadas en los “Juegos de Estocolmo de 1912”, al  descubrirse posteriormente, que por esta irrisoria cantidad, había  fichado por un equipo de fútbol americano de categoría secundaria.

Tuvieron que transcurrir 30 años después de su muerte, para que el COI, presidido por el español Juan Antonio Samaranch, le devolviera aquellas históricas medallas, que hasta el momento de su muerte, en el año 1953, totalmente destrozado por el alcoholismo, sin trabajo y en la más profunda miseria, venía reclamando constantemente su devolución, siendo sus nietos y familiares, quienes recogieron estos galardones, 72 años después, de su memorable actuación en la capital sueca.

Cuando analizas estos hechos, es cuando se das cuenta de la imposibilidad de poder comparar el atletismo de antes, con el que ahora nos ha tocado convivir, con el agravante añadido, de verse salpicado este, por la intromisión de la farmacología y otros brebajes, por personajes sin escrúpulos, que están dañando, no solo la pureza del deporte, si no lo que es más importante, la salud del propio practicante.

EL DESPEGUE  HACÍA CIMAS IMPENSABLES

Linfort Cristie en 1992

Continuando con la prueba reina del calendario atlético,  sin desmerecer a las demás, son  a mi juicio, junto con el  maratón y el medio fondo, las que acaparan la máxima atención, de casi todos los aficionados, en los grandes meetings internacionales.

Puestos a recordar nombres, aparecen de inmediato, un largo listado donde aparecen los de Jim Hines, en 1968Carl Lewis, en 1984,   Linfort Christie en 1992, Donovan Bailey  en 1996 y Maurice Green, en 1996, que  son entre otros, los que marcaran el  camino para las nuevas generaciones que vendrán por detrás, ya en las puertas del Siglo XXI.

Los conocidos Justin Gatlin, en 2004, Asafa Powell, en 2008, Tyson Gay en 2007,  y por supuesto, al hasta hoy invencible y actual recordman mundial, el jamaicano Usain Bolt, que con su marca de 9,58  no marca, ni mucho menos, el límite del ser humano, en cuanto a velocidad se refiere, dado que  los  continuos avances técnicos en todas las vertientes  atléticas, hacen imprevisible cualquier vaticinio.

EL ANCESTRAL RETRASO EN ESPAÑA

La prueba de los 100  metros lisos en nuestro país, también tiene como todas las disciplinas atléticas, su historia y sus referentes. El legendario recuerdo del primer atleta español Miguel Valdés, que fue cronometrado  con un tiempo de 12,0 seg. el día 18 de noviembre de 1900 en Barcelona, es considerado, junto con J.Segarra y A. Sánchez, que igualarían su marca, en los años de 1906 y 1909 respectivamente, como los más remotos en el historial de esta prueba y los primeros referentes de la misma en nuestro país.

El nombre de Miguel Valdés, muy famoso en Cataluña, dado que fue el fundador y propietario, de la actual Administración de Loterías Valdés, ubicada en la misma Rambla de las Flores, de la ciudad Condal, muy conocida por los muchos premios que esta administración, reparte continuamente. Pero casi nadie recuerda, que su fundador, fue el primer atleta español, en recorrer oficialmente esta distancia del hectómetro.

Ya en las décadas de los años 1920 y 1930, empezaron a  registrarse marcas muy notables en aquellos tiempos, empezando a ser reconocidas oficialmente las primeras plusmarcas españolas, sobre todo por parte de atletas de Castilla, Vizcaya y Cataluña, donde sobresalieron entre otros, los nombres de Diego Ordoñez, Félix Mendiazábal, Juan Serrahima,  Daniel García Truñon, y Miguel Arévalo, los cuales casi siempre solían cubrían la distancia alrededor de los 11,0 seg., pero fue el catalán  Luis Sereix, con un tiempo de 10,9 alcanzado en Barcelona el día 29 de junio de 1931, el que más tiempo pudo mantener este récord, hasta que Javier Llana rebajó la marca a 10,8 el día 11 de agosto de 1953, en la ciudad francesa de Burdeos.

LOS MEJORES VELOCISTAS ESPAÑOLES EN LAS DÉCADAS DE 1950-1960

José Luis Sánchez Paraíso, (96) posiblemente el mejor velocista español de todos los tiempos, ganando en Barcelona, uno de sus muchos Campeonatos de España, el año 1963. Todavía en las impresentables pistas de ceniza de la época

José Luis Albarrán y Armando Roca los grandes iconos de los años 1950 – 1960

Precisamente en los años 1950 y 1960, surgen varios atletas que rebajan con relativa facilidad los 11,0 seg. entre los que sobresalen los nombres, de Armando RocaJosé Luis Albarrán, Melanio Asensio, para seguir en 1960, con otras marcas de cierta calidad realizadas por los mismos, como así mismo, del atleta gallego Ramón Magariños, con 10,5 y José Luis Sánchez Paraíso, posiblemente el mejor velocista español de todos los tiempos, con 10,6 y 10,4 ( esta en 1971)  dado que todas sus marcas fueron realizadas sobre pistas de ceniza o tierra batida, como era las habitual en aquellos años.

Ya a partir de aquí con las nuevas técnicas de preparación, mejores equipamientos, con las nuevas pistas sintéticas, los incentivos económicos, etc. son activos muy bien aprovechados por las nuevas promociones, los cuales ya en los finales del pasado siglo, y principios del actual, engrandecen el nivel medio de la velocidad española, en los rankings internacionales, pero sin llegar aún, a lo ya debería tener en estos momentos nuestro deporte. Una marca por debajo de los 10,0 seg.

Ángel David Rodríguez

La gran distancia existente durante muchísimas décadas, con los mejores especialistas europeos, nos pasa ahora su factura, si recordamos que el actual récord español de Ángel David Rodríguez, de 10,14 hubiera sido con este registro, plusmarca mundial 54 años atrás, superando al mítico americano Bobby Morrow, que ya tenía en aquella lejana fecha del 29 de junio de 1956, el tope universal en 10,2  en pista de ceniza.

Pero esto solo es una anécdota recordatoria, para incentivar, a este nuevo “pura sangre” de la velocidad española y a sus seguidores, para asumir este reto, que sin duda merece tener nuestro atletismo.

EL MEJOR DEL PASADO Y EL MEJOR DEL PRESENTE

Jesse Owens, en Berlín el año 1936 (en pista de ceniza)

Usain Bolt, en Pekín el año 2008 (en pista sintética)

* Los tiempos Ricardo Sáenz de Heredia, Juan RuanoFrancisco Sánchez Madriguera, de 10,9, alcanzados  en Avilés los años 1947 y 1948, no pudieron  ser homologados como record, por el desnivel de la pista, como así mismo, otra marca de Antolín García, con el mismo tiempo registrada en el año 1950 en Lisboa, en el curso de un encuentro Portugal -España, que tampoco  pudo ser oficial, por la falta  de los  cronómetros reglamentarios

                                                        Listados actualizados el  26 de junio de 2018

Barris.org. Referentes históricos de los 100 metros lisos masculinos, España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/183-100-metros-masculino