FUENTE: Barris.org
Cuando intentamos buscar los orígenes del atletismo femenino, inevitablemente tendremos que referirnos al “Vassar College”, situado en la localidad de Poughkeepsie distante unos 90 km. al norte de Nueva York, lindante con el río Hudson, dentro del entorno de unos bellos y frondosos bosques que rodean a esta pequeña población.
El “Vassar College” que fue fundado en el año 1861 por un cervecero llamado Matthew Vassar, es un centro exclusivamente dedicado para la formación y educación integral de señoritas, en la cual el deporte tenía una parcela preferente, que aprovechando la festividad del “field day” o día del campo, se realizaban diferentes prácticas deportivas, entre ellas, la de alguna especialidad atlética, inducidas por el conocimiento que ya tenían sus profesores, de la actividad atlética de los hombres desde hacía varías décadas.
APARECEN LOS PRIMEROS RESULTADOS EN SALTO DE ALTURA
Como en muchas cosas de la vida, también en el deporte las mujeres lo han tenido mucho peor que los hombres. Cuando el atletismo masculino empezaba a realizar sus primeros movimientos, en la década del año 1820, ellas hacían lo propio a finales de siglo, en unas condiciones de mucha precariedad, referente a instalaciones y equipamientos.
Fue en el curso de uno de estos eventos, cuando una joven atleta, Bessie De Graff, saltaba la altura de 1.23m. el 12 de mayo de 1900, marca que fue reconocida posteriormente, en el libro de los récords, de la Internacional Athletic Foundation, como el mejor registro del Siglo XIX. Por primera vez el salto de altura femenino ya tenía marcado un camino para buscar su credibilidad oficial.
Aunque su incidencia mediática no se podía comparar con la de los hombres, no solo por el retraso en años y la indiferencia de los aficionados por sus precarios resultados, sino por el hecho de que mientras ellos, realizaban sus evoluciones en unas condiciones y pistas normales, ellas lo hacían donde podían.
Se tiene que hacer mención que estos festivales del “Vassar College”, tuvieron su continuidad hasta 1969. A partir de esta fecha. este centro abrió sus puertas para el acceso de alumnos masculinos, a la vez que siguió forjando nuevos activos deportivos en diferentes deportes. Pero siempre siendo fiel al que le dio fama universal, como referente histórico del atletismo femenino.
SIGUE LA PROMOCIÓN ATLÉTICA EN EL “VASSAR COLLEGE»
UN POCO DE HISTORIA ANTES DE LA PRESENCIA FEMENINA EN UNA OLIMPIADA
Entrando de lleno en el Siglo XX la participación de la mujer en festivales junto a los hombres era prácticamente nula. La indiferencia y el rechazo del propio “Comité Olimpico Internacional” (COI) fundado en París el día 23 de junio de 1894 bajo la presidencia del Barón Pierre de Coubertín, como así mismo de la “Federación Internacional Amateur de Atletismo (IAAF) constituida el 17 de julio de 1912 en Estocolmo, bajo la presidencia de J.S.Edström, se cerraron todas las puertas de acceso para encontrar la igualdad con el atletismo masculino.
No obstante esta incomprensible actitud, rechazando la presencia femenina en pruebas atléticas, dentro del marco de unos Juegos Olímpicos, fue un acicate para incrementar, la presión internacional que se ejercía en casi todo el mundo, lo que motivó en gran manera, la constitución de la “Federación Internacional Femenina” (FSFI) el año 1921 con sede en París, dado que cada vez eran más las mujeres que se integraban a nuestro deporte, con unas marcas muy aceptables para aquella época.
Es a partir de este momento, cuando comienza la auténtica lucha de la mujer buscando la paridad de género, en la cual la iniciativa de madame Alice Milliat, conocida como la “pasionaria del deporte femenino”, siempre con el apoyo de las mejores atletas del mundo, fue decisiva. (Ver en el índice de esta página “las primeras actuaciones femeninas del atletismo mundial” de fecha 14 de noviembre 2006 para conocer con todos sus detalles, la gran dimensión mediática que provocó esta decisión.
Una vez consolidada la“Federación Deportiva Femenina Internacional” (FSFI), es cuando el atletismo femenino encuentra su lugar natural, con sus propios calendarios, sus plusmarcas y sus propias competiciones internacionales, entre las cuales destacan los cuatro ediciones del “Campeonato Mundial Femenino” disputados en París en 1922, en Göteborg, en 1926, en Praga en 1930 y finalmente en Londres en 1934. Es decir con la misma cadencia de cuatro años, como los “Juegos Olímpicos”.
La gran participación de países en estos campeonatos mundiales, fueron el gran azote para el COI, que no tuvo más remedio, que claudicar ante la fuerte presión ejercida, aceptando su presencia en los “Juegos de Amsterdam del año 1928”, con un reducido programa de pruebas, pese a lo cual la participación femenina fue de más de 300 atletas el 10 por ciento global de toda la participación.
Entrando de lleno una vez comentada la etapa más difícil del atletismo femenino, nos encontramos que antes de la constitución de la IAAF, la mejor marca corresponde a las atletas norteamericanas Isabelle Swain y Miriam Heermans, saltando ambas el listón situado a 1.44m. en la pequeña población de Aurora en el estado de N.Y. el día 16 de mayo de 1911, siendo no obstante la mejor marca antes de la aparición de FSFI la alcanzada por la británica Joan Belasco, con un salto de 1.62m. en la población de Ramsgate, el día 27 de mayo de 1920 , aunque debido a la colocación del listón, se decía que no era reglamentario, no fue reconocida.
Por lo tanto el primer récord homlogado por la FSFI corresponde a la atleta norteamericana Nancy Vorhees con un salto de 1.46m. en un festival celebrado en la ciudad de Simsbury el 20 de mayo de 1922, siendo el último antes de asumir la IAAF el control oficial de las mujeres el año 1932, el de la holandesa Carolina Gisolf que se elevó hasta una altura de 1.62m. en Amsterdam, el 12 de junio de 1932.
COMIENZA EL CONTROL BAJO EL MANDATO DE LA IAAF
Aunque siempre bajo mínimos y con un restringido programa, la IAAF aceptó, por fin, la presencia femenina en “Los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928”. Las pruebas fueron estas cinco: 100 m lisos, 800m lisos, salto de altura, lanzamiento de disco y relevos 4×100 metros.
Un hecho relevante que llamó poderosamente la atención, fue ausencia del creador de los Juegos Olímpicos Pierre de Coubertín, que por enfermedad, le impidió estar presente en la ceremonia inaugural. Esto provocó diversos comentarios atribuyéndolo una mayoría, el no querer presenciar con sus propios ojos, lo que él siempre rechazó. Una mujer en una pista compitiendo en unos Juegos Olímpicos junto con los hombres.
Es obvio decir que el primer título y la primera plusmarca olímpica femenina en salto de altura, corresponde a la atleta canadiense Ethel Catherwood al pasar el listón situado a 1.59m. con un estilo muy personal tal como sucedía con la mayoría de especialistas de esta prueba.
LOS PRIMEROS TÍTULOS Y LAS PRIMERAS PLUSMARCAS
Ya con las puertas abiertas para oficializar sus marcas, aparece el nombre de una mujer norteamericana Mildred “Babe” Didrikson, atleta que marcó una época, luchando tanto dentro de las pistas, como fuera de ellas, cuando se intentaba recuperar para el atletismo femenino el lugar que le correspondía. Tuvo el honor de compartir la primera plusmarca mundial, homologada por la IAAF,con su compatriota Jean Shiley que ganó el oro en “Los Juegos de los Ángeles de 1932”, al realizar ambas un salto de 1.65m. el día 7 de agosto.
Hay que hacer mención de que Mildred, ganó el oro en esta misma olimpiada, en las pruebas 80 metros vallas y jabalina, siendo considerada como la deportista más completa de la historia, sobresaliendo en natación, baloncesto, golf y atletismo.En referencia a las mejores marcas, tendremos que remontarnos, después de “Los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936” donde ganó la atleta húngara Ibolya Csak con un salto de 1.60m. hasta los “Juegos de Londres de 1948” después del largo paréntesis provocado por la “Segunda Guerra Mundial”, donde apareció la que es considerada como la mejor atleta de la historia, la holandesa Fanny Blankers-Koen, ganadora de cuatro medallas de oro en estos Juegos.
Esta extraordinaria atleta que ya tenía una marca de 1.71m. alcanzada en Amsterdam el día 30 de mayo de 1943, ganó en estos Juegos las comentadas 4 medallas de oro, 100 m., 200 m., 80 m. vallas y relevos 4X100. Hay que recordar que en el curso de su carrera atlética, batió 20 récords mundiales, en velocidad, vallas, altura, longitud y relevos.
COMIENZA UNA NUEVA ERA DEL SALTO DE ALTURA
Continuando con la cronología de esta disciplina, encontramos en las décadas de 1950/ 1960 a la que más tarde sería considerada como la mejor saltadora dela historia, la rumana Iolanda Balas, dos veces campeona olímpica en Roma 1960 yTokio 1964, cuyo palmarés incluye la consecución de 14 plusmarcas mundiales al aire libre y cuatro en pista cubierta, siendo su mejor registro el 1.91m. conseguida en Sofía el 16 de julio de 1961, que permaneció inalterable como plusmarca mundial durante diez años.
Hasta la aparición del estilo Fosbury, casi todas las saltadoras tenían su propio estilo de salto, que era como una mezcla del Lewden y del rodillo ventral, con lo cual era difícil definir en aquella época, cual era el tipo idóneo de salto.
APARICIÓN DE UNA NUEVA TÉCNICA
A partir de los “Juegos de México de 1968”, esta especialidad entra en una nueva dinámica por la continua aparición de nuevos atletas, que en parte gracias al nuevo estilo de salto “Fosbury-Flop”, del cual casi todas las mejores especialistas lo asumen como propio, y quizás también por el cambio de la pista de batida, que pasa de la ceniza al tartán, con lo cual las mejoras son evidentes. Las comparaciones en marcas, antes y después del Fosbury-Flop, no se pueden hacer porque todo es distinto.
Cuando la alemana oriental Rosemarie Ackermann,la primera atleta en pasar los 2.00 metros el 26 de agosto de 1977 en Berlín-Oeste, ya se empieza a trillar el camino por el que transitarán grandes atletas, como la italiana Sara Simeoni,con 2.01m. en 1978, la alemana Ulrike Meyfarth,con 2.02m. en 1982, la rusa Tamara Bykova con 2.05m. en 1984, la búlgara Lyudmila Andonova, con 2.07m. también en 1984, todas en su momento plusmarquistas mundiales, sin olvidar a la croata Blanka Vlasic, que también con 2.07m. en el año 2007, para paso a la actual recordwomen mundial, la búlgara Stefka Kostadinova, con un salto de 2.09m., alcanzados en Roma el 30 de agosto de 1987.
MIENTRAS TANTO QUÉ SUCEDE EN ESPAÑA
Mientras tanto en nuestro país, en parte gracias al nuevo estilo de salto, como así mismo, al trabajo y al empuje de todas nuestras atletas, el ránking español se va enriqueciendo cada vez más.
Los nombres de María Teresa Roca, con 1.70m. el año1972 y deSagrario Aguado, con 1.73m. el año 1975, eran las predecesoras de un ilustre listado de nombres, como Carolina Nolten, Isabel Mozún, Adelina Recio, Asunción Morte, María Mar Martinez, todas ellas en su momento plusmarquistas españolas, fueron las que entregaron el relevo a Marta Mendía, 1.96m. en pista cubierta el año 2004, y a Ruth Beitia, con 2.02m. el año 2007, siendo esta última, la primera española en sobrepasar el listón situado a 2.00 metros de altura.
UNA EXTRAORDINARIA CAMPEONA EN SALTO DE ALTURA
LA MEJOR SALTADORA ESPAÑOLA DE LA HISTORIA
Barris.org. Referentes históricas del salto de altura: la cuna donde nació el atletismo. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/328-salto-de-altura-femenino