FUENTE: Barris.org

Como ha sucedido en todas las anteriores cronologías atléticas de las mujeres en cualquier disciplina, estas nunca lo han tenido fácil. Desde las alturas de mando del propio presidente del Comité Olímpico Internacional CIOPierre de Frédy, “Barón de Pierre Coubertin”, siempre fiel a su negativa, se oponía de forma rotunda a, cualquier actividad femenina. Aquí comenzó un áspero y largo camino lleno de obstáculos, muy difíciles de solventar, pero también muy difícil de entender.

Desde los medios de comunicación, fieles servidores de las decisiones del CIO, estas eran elevadas a los cuatro vientos, para que todo el mundo supiera, que el espectáculo de contemplar las evoluciones de una mujer, compitiendo en un estadio, junto con los hombres, no tenía razón de ser.

Costaba asimilar, que ellas tuvieran que realizar los mismos esfuerzos, con el vigor y la fuerza que requieren algunas pruebas, por lo cual según algunas opiniones, los deberes de las mujeres, deberían ser muy diferentes y distantes de los estadios, y si era en su propio hogar, mucho mejor.

La aparición de la dama francesa Alice Milliat, conocida como la pasionaria del deporte femenino, convertida como líder del sufragismo deportivo, no tuvo demasiadas dudas en constituir la “Federación Internacional del Deporte Femenino” FSFIen la capital francesa el año 1921, la cual desde un principio, fue un azote continuo, tanto para el CIO, como para la propia Federación Internacional IAAF.

Esta nueva federación, exclusivamente creada para las mujeres, tuvo una vigencia que duró hasta 1938, una vez que la IAAF, decidiera acoger bajo su mandato todo el control del atletismo femenino, una vez aceptada previamente su participación en “Los Juegos de Amsterdam” de 1928, que era el reto que desde un principio tuvo en mente, Alice Milliat.

Para entender en su más mínimo detalle, lo que representó esta nueva federación, para la actividad de la mujer, entrar en el índice de esta misma página NOTICIAS, de fecha 14-11-2006.

La primera actuación olímpica, tuvo como escenario los “Juegos Olímpicos de Ámsterdam” de 1928, cuando el Comité Olímpico Internacional, programó con mucha sutileza y un premeditado estudio, de las posibilidades atléticas para las mujeres en unos Juegos, con cinco pruebas, que según sus criterios, podrían ser las de 100 metros lisos, saltos de altura y longitud, como pruebas idóneas para ellas, a las que se añadiría un lanzamiento, que recordando su origen y su pasado histórico, sería la de disco, que por la belleza de su ejecución y la plasticidad de sus movimientos, ajustaba más, a lo que según sus opiniones, podía realizar una mujer, en una prueba de fuerza.

Pero el comité organizador, tenía reservada una carta escondida para completar las cinco pruebas señaladas. Nada más y nada menos que un 800 metros, prueba de la cual apenas existían referentes, en cuanto a registros y competiciones, con lo cual el espectáculo y el fracaso más rotundo, estaba asegurado a la vista de todo el mundo.

Efectivamente así sucedió. Muchas atletas no especialistas de esta prueba, se inscribieron en ella, entre ellas la mítica campeona japonesa Minué Otomí, especialista en disciplinas de saltos y vallas, que impulsadas por la oportunidad de alcanzar el honor de ser consideradas olímpicas, la aspiración máxima de todo deportista, no quisieron perderse esta oportunidad.

Halina Konopacka de Polonia primera campeona olímpica

Y con ello, llegó el drama esperado por muchos miembros del COI y de la IAAF, dado que por su falta de experiencia y preparación, casi todas llegaron extenuadas a meta, cayendo la mayoría de ellas al suelo, una vez superada la meta, mientras otras tuvieron que abandonar antes de llegar a ella. Se tuvieron que recurrir a los auxilios sanitarios para ayudarlas a recuperarse.. Todo un patético espectáculo, que dio la vuelta al mundo, levantando comentarios de toda clase.

Esta escena fue un paso en falso, que nunca debió realizarse. Con ella se alejaron todas las aspiraciones que tenía el atletismo femenino, para su participación en pruebas de medio fondo y fondo. Este triste episodio, dio pie a pie a muchas conjeturas nada favorables a estos esfuerzos femeninos, lo cual dio a alas a la federación internacional para hacer valer sus opiniones sobre las actuaciones atléticas de la mujer, en pruebas de largo aliento.

Inmediatamente la IAAF, escuchando a los entendidos de la época, según ellos cargados de razones, suspendieron estas pruebas, por unos hechos ya previstos. No sería hasta “Juegos Olímpicos de Roma” de 1960, cuando esta espectacular disciplina, volvería a ver la luz verde, en una cita olimpiada.

LOS PRIMEROS LANZAMIENTOS DE DISCO Y SUS REFERENTES

La primera aparición de una mujer lanzando el disco, corresponde al nombre de la americana Marina Connelly cuando en la ciudad de Painesville, alcanza una distancia de 16.64m, el 16 de mayo de 1914 ,a la que seguirían otras atletas en este mismo decenio, con marcas bastante discretas, hasta que la austriaca Hilda Muller lanza en Viena hasta los 23.09 el 19 de septiembre de 1920.

A partir de este instante, ya en la etapa previa a la fundación de la nueva federación de la FSFIlamejora de registros es constante y cada vez de más calidad, como lo demuestra el registro de la americana Catherine Prise, cuando en un festival organizado en el estado de Florida, con motivo del Fiel Day del College de Tallahassee, sobrepasa por primera vez de los 30 metros, con un tiro de 30.69m el 18 de abril de 1923.

Ya en plena actividad y bajo el control de la nueva federación del deporte femenino, la atleta de PoloniaHalina Konopacka, supera varias veces la barrera de los 30 metros, hasta que finalmente en “Los Juegos Olímpicos de Amsterdam” de 1928, alcanza la gloría, al proclamarse como la primera atleta Campeona Olímpica, el 31 de julio de 1928, al lanzar 39.62m con lo cual encabeza, la cronología de mejores marcas mundiales, abriendo a la vez, el camino, por el cual transitarían en el futuro, las grandes campeonas de esta espectacular disciplina..

Una etapa muy interesante y curiosa, comenzaría en la década de los años 1930, precisamente en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, donde la actividad atlética, después de los Juegos de Los Ángeles de 1932 y Berlín en 1936, se concentra en los países de la parte oriental de Europa, donde se establece una positiva rivalidad entre grandes atletas, que alternándose en los listados mundiales de mejores marcas, atraen toda la atención de todo el entorno atlético. Este esta sería la segunda asignatura pendiente de aprobar, por la parte de la FSFIque encontraría la recompensa por su positivo trabajo.

La americana Lilian Copeland, medalla de oro en los Juegos de Los Ángeles de 1932

En esta primera parte de la historia del lanzamiento de disco, hay que señalar los nombres de la polaca Jadwiga Waiscinco veces mejor marca mundial, con un mejor registro de 43.79m conseguido en Londres el 1 de agosto de 1934, a la que seguiría la alemana federal Gisela Mauermayer, poseedora también en su momento, de otras siete mejores marcas mundiales, con un mejor registro personal de 48.31m, alcanzado en Berlín el 11 de julio de 1936. Esta última plusmarca mundial, sería reconocida por la IAAFcomo la primerade la cronología de esta prueba bajo su control.

Ya dentro de este nuevo ciclo, y una vez finalizada la contienda bélica mundial, siguen apareciendo nuevas especialistas, casi todas procedentes de la Unión Soviéticadonde sobresale en primer lugar Nina Dumbadze, que por tres veces mejora el récord mundial con una mejor marca de 57.04m en Tbilisi, el 18 de octubre de 1952, la cual da paso, a una de las grandes especialistas de todos los tiempos, su compatriota Tamara Press.

Esta atleta posiblemente, una de las primeras cuestionadas, cuanto se habla de la sexualidad deportiva de algunas lanzadoras del Este europeo, fue poseedora por seis veces consecutivas, de la plusmarca mundial, con un mejor logro de 59.70m alcanzado en Moscú el 12 de agosto de 1965.

Pero la progresión no se detiene en ningún instante. Solo dos años después de la última hazaña de Tamara Press, una atleta de la Alemania FederalLiesel Westermann, rebaja por cuatro veces la mejor marca mundial, con un mejor lanzamiento de 63.96m. en Hamburgo, el 27 de septiembre de 1969. Esta gran especialista fue la primera atleta de la Europa del Oeste, en pasar de los 60 metros, cuando en la ciudad de Sao Paulo, logra un tiro de 61.26m el 5 de mayo de 1967.

Faina Melnik, de la GDR

Esta época de oro del disco la culmina, la que sin duda ha sido la mejor lanzadora de toda la historia, la rusa Faina Melnik, que rebasa todos los topes conseguidos hasta la fecha, al conseguir por doce veces, el tope máximo mundial con un mejor tiro de 70.50m, en la ciudad Sochi, el día 24 de abril de 1976, siendo a la vez también la primera mujer en lanzar más allá de los 70 metros. En los Juegos de Munich de 1972, conseguiría la Medalla de Oro.

A partir de este momento, ya en plena década de los años 1980, con la aparición de nuevas atletas, procedentes de varios países de Europa del Este, especialmente de la Alemania Oriental, empieza una nueva era. Igual como sucedió con los hombres, todas sus marcas son muy cuestionadas, como así mismo, sus sistemas de preparación y otros aspectos de la progresión de sus atletas. No es gratuito decir, que fue el final de una brillante etapa y el comienzo de otra, que tuvo mucho que desear.

Si realizamos un repaso, al listado de marcas “All Time”, insertado al final de este histórico, veremos en la tabla de las 10 mejores marcas internacionales, que todas ellas fueron realizadas en la década de 1980, siendo la más destacada la de la actual plusmarquista mundial Gabriele Reinsch, de la República Democrática de Alemania, (GDR), que con una fabulosa marca de 76.80m lograda el 9 de julio de 1988 en Neubranderburg, pone por delante de ella, una barrera infranqueable, para todas las actuales especialistas, que aún perdura después de más de 28 años de vigencia.

ESPAÑA CONTINUA CON SU LÓGICO RETRASO

Mientras fuera de nuestras fronteras la actividad era cada vez mayor, en nuestro país el avance era muy lento, a pesar de ya al final de la década de 1920 y mediados de la de 1930Margarita Moles realizaba sus primeros ensayos, consiguiendo en un festival organizado en Lisboa, el día 20 de mayo de 1934, una distancia de 35.84m. marca muy aceptable en aquel tiempo, y que hacía presagiar una buena progresión. Pero como sucedieron en muchas otras pruebas de nuestro deporte, todo quedó oscurecido por los avatares de nuestra triste Guerra Civil Española.

Una vez finalizado nuestro conflicto armado, todo volvía a empezar de cero, siendo las dos décadas siguientes especialmente para el atletismo femenino, de un total olvido.

Solamente, algunas esporádicas competiciones de un reducido grupo de chicas en Barcelona, encabezadas por María Teresa Baylina, nos dejaban el testimonio de que todavía había mujeres, que deseaban practicar nuestro deporte. Estamos hablando de los años de 1950.

Margarita Moles en Madrid en el año 1929

Esta lentitud fue menguando, cuando ya a finales de 1959, volvía a renacer dentro del atletismo femenino, este histórico lanzamiento. Las normas de la Sección Femenina, todavía eran muy rigurosas, en cuanto a la competitividad de las mujeres y más en lanzamientos.

Pero a medida que iban progresando los avances en todos los sectores de nuestra sociedad, el deporte no podía ser menos, por lo que entre todos, tanto las federaciones, clubes, universidades, militaresinstituciones y Frente de Juventudesfueron abonando un terreno, en el cual muy pronto, irían apareciendo los nuevos referentes de esta prueba.

Un nombre que empezó a ser conocido por todos los aficionados fue el de la atleta gallega, María Luis Pena que en el año 1967, ya dominaba esta parcela del disco, a la vez, que establecía una fuerte y deportiva competencia con Encarna Gambús, Margarita Ramos, Sonia Godall, Irache Quintanal, Alicia Matejková, Olga Riera, intercalándose entre ellas otra atleta gallega, Angeles Barreiro, dominadora absoluta durante dos décadas, con un lanzamiento de 60.56m, alcanzada en El Ferrol, el 10 de junio de 1994.

El futuro más inmediato para la superación de estos registros, como sucede en todas las especialidades de nuestro deporte, radicará en la aparición de nuevas practicantes, que en estos momentos ya sobresalen, los nombres de Sabina Asenjo y Mercedes do Santo Osorio, como la avanzadilla de lo que muy pronto aparecerá detrás de ellas.

El futuro más inmediato para la superación de estos registros, como sucede en todas las especialidades de nuestro deporte, radicará en la aparición de nuevas practicantes, que en estos momentos ya sobresalen, los nombres de Sabina Asenjo y Mercedes do Santo Osorio, como la avanzadilla de lo que muy pronto aparecerá detrás de ellas.

Entrañable foto de María Teresa Baylina, una de las primeras pioneras de esta especialidad, en el estadio de Montjuic, el año 1950

LAS LIDERESAS DEL RÁNKING ESPAÑOL

Barris.org. Referentes históricas del lanzamiento de disco: una breve y obligada introducción. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/336-lanzamiento-del-disco-femenino