FUENTE: Barris.org

Aunque el maratón femenino no empezó a dar sus primeros pasos hasta llegar a la década de 1970, existen documentos que nos hablan de una tímida actividad de las mujeres en pruebas de maratón no oficiales en los finales del Siglo XIX, siendo considerada como la primera atleta, la griega Stamis Rovithi que corrió sola, el trayecto entre Maratón Atenas. Esta atleta considerada como la primera mujer, participante en un maratón, pidió a los organizadores ser inscrita junto con los hombres en la prueba olímpica, pero su petición fue denegada.

Ante esta negativa Rovithi, decidió correr por su cuenta saliendo inmediatamente después que los hombres. Para no interferir en la organización, corrió en un trazado paralelo fuera del marcado por la organización. Ella lo que pretendía, era llamar la atención de la Casa Real, para mejorar su posición social. Para conseguir este objetivo, tenía que llegar como fuera a la meta, deteniéndose tan solo unos instantes, los suficientes para beber un vaso de agua, cuando ya había rebasado a muchos hombres, que habían abandonado la prueba.

Al llegar al estadio, ya completamente vacío, le prohibieron la entrada a la pista. No obstante ante este inesperado contratiempo, optó por dar un rodeo por su exterior para terminar con un tiempo aproximado, entre las 4 horas y media. Esto suponía un retraso de más de una hora, con relación al último clasificado de la prueba oficial. Esta negativa de los organizadores mereció una crítica muy acerada, por parte de toda la prensa, que aducía que esta hazaña de la atleta griega, bien merecía la oportunidad de concederle esta satisfacción.

Explicada esta anécdota, hay que decir que aún existe una cierta confusión, con otra atleta griega Melpóneme, que también pretendía lo mismo, pero no existe la evidencia de que esto sea cierto. Por otro lado hay algún documento, que insinúa que posiblemente se trate de la misma persona.

Alice MIlliat

Hasta aquí, el silencio más absoluto, hasta a la década de 1920, cuando una atleta británica, Violete Piercy, registra en la ciudad de Chiswirck, una marca oficial de 3h.40,22, el día 3 de octubre de 1920, marca que la IAAF reconocería años más tarde, como mejor marca mundial, pero aún no, como récord del mundo.

Por otra parte también existe un registro anterior, que habla de una francesa, Marie Louise Ledrú, que el día 21 de septiembre de 1918, realizó un tiempo de 3h.30, en un circuito por los alrededores de la capital francesa. Esta prueba se organizó, bajo el mandato de la «Federación Internacional del Deporte Femenino» (ESFI), presidido por Alice Milliat, la gran impulsora del deporte para las mujeres, también conocida como «la Pasionaria del Deporte Femenino» (Ver su perfil personal, en el índice general de Noticias), de fecha, 14 –11-2006).

La prueba de la discordia de Amsterdam-1928

Recordando lo sucedido en los Juegos de Amsterdam de 1928, en la prueba de los 800 metros lisos, donde las participantes, sin control de ninguna clase, ni experiencia en esta distancia, fueron cayendo al suelo algunas de ellas, totalmente extenuadas, una vez traspasada la línea de llegada.

Esta patética escena dio la razón a los agoreros de la época, creando un clima de inquietud que requería una urgente regulación de estos esfuerzos, no aptos para las mujeres, según decían los entendidos de aquel tiempo.

La vencedora de esta prueba, fue la alemana Lina Racke  Bastchauer, con el dorsal 362 en la foto de arriba, con el prometedor tiempo de 2:16,8, seguida por la japonesa Kinue Hitomi, una de las mejores saltadoras del mundo en aquel momento, a la vemos a su derecha.

Fue el propio presidente del CIO, el belga Henri Baillet- Latour, sustituto de Pierre de Coubertin, el que prohibido tajantemente reconocer como oficial, ninguna prueba que sobrepasase los 200 metros. Hay que significar que casi todas las atletas que participaron en la mencionada prueba de 800 metros, fueron atletas que practicaban otras disciplinas, pero que se inscribieron en ella por la ilusión de ser olímpicas, al no tener programadas sus pruebas predilectas.

Las noruegas Grete Waitz y Ingrid Kristiansen

Pero el precio a pagar fue muy alto. Las escenas vividas en la cinta de llegada, nada favorecieron a la pretensión de poder alcanzar sus objetivos, que no era otros, que demostrar que las mujeres, igual que los hombres, podían correr las mismas distancias que ellos.

La conclusión final fue casi unánime. Todos los federativos y técnicos llegaron a la determinación, que correr una distancia superior a los 200 metros, representaba para las mujeres, no solo un serio peligro para su salud, sino también para su futura maternidad.

A partir de estos Juegos de Amsterdam , se decidió no programar ninguna competición para féminas, superior a la distancia mencionada. Se tuvo que esperar 32 años, hasta los Juegos de Roma de 1960 , cuando se aceptó incluir alguna prueba superior en el programa olímpico.

Retornando a la marca, antes mencionada de Violete Piercy , esta se mantuvo imbatida durante 63 años, hasta que la americana, Merry Lepper, realizara en Culver City, un tiempo de 3h.27,07, el día 16 diciembre de 1963. Pero muy pronto otra atleta inglesa Dale Greig, recuperaría para su país esta supremacía, cuando el 23 de mayo de 1964, marca un tiempo de 3h.27,45 en Ryde/Isle of Wight.

En estos años, los maratones femeninos fueron proliferando hasta ganar su espacio, con una intensa actividad, como se demuestra, que la marca de esta última atleta inglesa, solo durase unos tres meses, cuando la diminuta neozelandesa, Mildred Sampson , alcanzaría un tiempo de 3h.19,33 en la ciudad de Auckland, el día 16 de agosto de 1964.

Esta pequeña atleta, que medía 1.47 mt. de estatura y pesaba 30 kilos, asombró a propios y extraños por su aparente fragilidad. Pero el asombro todavía fue mayor, cuando se comprobó por su edad, que se trataba de una niña, de solo 13 años.

POR FIN LAS MUJERES LOGRAN SU GRAN TRIUNFO

Paula Radcliffe, la actual recordwomen mundial

Como se puede comprobar, la actividad de las mujeres a partir de estos años fue incesante, apareciendo nuevos nombres, que con su esfuerzo y constancia, lograron alcanzar su objetivo máximo, que no era otro, que tener su puesto natural en unos Juegos Olímpicos.

Este histórico momento, se produjo en los Juegos de Los Ángeles de 1984, cuando la más clásica, de todas las pruebas olímpicas, adquirió su mayoría de edad, tirando por los suelos, «aquellas sabias teorías» de algunos dirigentes, de épocas pasadas.

Posteriormente, la aparición de nuevos nombres, como las noruegas Grete Waitz Ingrid Chistiansen, o de la portuguesa Rosa Mota, verdaderos iconos de aquellos años , tuvieron una incidencia muy puntual, para que otras atletas siguieran su camino.

Los nombres de la atleta keniata, Tecla Leroupe, de la japonesa Nakao Takahashi, primera mujer por debajo de las 2 horas y 20 minutos, o de la propia Joan Benoit, fueron los antecedentes que encontró en su camino, la más completa de todas las fondistas, la británica Paula Radcliffe, actual plusmarquista mundial con una marca de 2h.15,25 conseguida en Londres, el 13 de abril de 2003.

Actualmente esta prueba, que tanto costó ser reconocida, es hoy una prueba compartida con los hombres, en casi todos los grandes maratones mundiales. Las citas de Nueva York, Boston, Londres, Berlín, París, Rotterdam… son especialmente respondidas, con una masiva participación femenina, donde queda muy claro, que esta distancia no era un obstáculo para ellas.

CURIOSIDADES Y ANÉCDOTAS DE LA PRIMERA MARATÓN OLÍMPICA

Afortunadamente con las mujeres, no han sucedido las mismas anécdotas que con los hombres. El hecho radica, a que ya existe una normativa y una regulación, que evitan escenas no deseadas, como las sucedidas en los primeros decenios de la historia olímpica. Es verdad, que también las mujeres tuvieron las suyas, pero casi todas ellas sucedieron, en la primera edición de su corta historia oficial.

Joan Benoit, primera campeona olímpica en Los Ángeles-1984

Hay que recordar que la primera ganadora, en Los Juegos de los Ángeles de 1984, la norteamericana, Joan Benoit, empezó sus primeras practicas de correr a pie , como terapia de recuperación, de una fractura de pierna, que sufrió esquiando. Cuando ya estaba recuperada y entregada de lleno a su nuevo deporte, sufrió otra importante lesión, en el tendón de aquiles, de la que afortunadamente también se recuperó muy pronto.

En esta misma maratón, una atleta de Honduras , llamada Díaz de Cano, empezó perdiendo tiempo de una forma desmesurada, teniendo en cuenta que en el 5 Km. ya llevaba un retraso de 6 minutos, corriendo totalmente sola y separada del grupo que tenia por delante, a varios kilómetros.

Ante lo que esto, podía suceder para el tráfico rodado de vehículos, los guardias de control le instaron a abandonar la prueba, algo a lo que ella se oponía, pero ante la persistencia de los mismos, no tuvo otra opción que retirarse.

Como se puede comprobar, este hecho se contradice con los principios olímpicos, que dejan muy claro, que lo «importante es participar«, pero por lo visto, en los tiempos que ahora nos toca vivir, es más importante la circulación rodada, que los atletas corriendo una maratón olímpica. Es evidente, que el espíritu olímpico, poco a poco se va difuminando ante los avances de la modernidad.

 

La atleta suiza Gabi Andersen-Scheissentrando al estadio en Los Ángeles-1984

Siempre sin salirnos de estos Juegos, otro hecho que sucedió, despertando todas las alarmas, fue con motivo de la llegada de la atleta suiza, Gaby Andersen – Scheiss. Al tratarse de una mujer, se creo una enorme expectación, pensando que podía ser una catástrofe. Esta atleta tardó más de 6 minutos en recorrer los últimos 200 metros, desde que entró al estadio hasta la meta, dando tumbos por todos lados, en un esfuerzo titánico para no caer en tierra y poder llegar por sí sola, hasta la cinta de llegada.

Su imagen reflejando el esfuerzo que estaba realizando, zigzagueando continuamente para no caer al suelo, fue realmente dramático. Hay que decir que todo el personal sanitario que la acompañó en aquellos inacabables minutos finales, no llegó a tocarla en ningún momento.

Esta escena produjo una fuerte tensión, entre los médicos de la delegación suiza, que querían a toda costa que se parara, pero los organizadores de la prueba, de ningún modo permitieron que se acercaran a ella. La discusión terminó con empujones y otros malos modos. Según los primeros, existía un serio peligro para la salud de la atleta, que podía acabar de forma trágica.

Sacerdotista en Olimpia

Pero todo se debió, a una deshidratación por el fuerte calor reinante. Transcurridas dos horas, fue dada de alta y 15 días después, ya participaba en un duatlón, que se organizó en Idaho , sin ninguna incidencia física. Lo mismo que le hubiera podido suceder a un hombre, le ha sucedido a una mujer. La luz verde para afrontar esta larga y agotadora prueba, ya estaba abierta para el futuro.

Toda esta expectación, vino dada recordando lo que sucedió en los Juegos de Londres de 1908 , con el italiano Dorando Pietri, y del belga Etienne Gailly, también en la capital inglesa en 1948. Al llegar ambos al estadio, en unas pésimas condiciones físicas, se temió lo peor. Este hecho de Los Ángeles-1984, y más tratándose de una mujer, podía suponer un golpe mortal para el futuro de esta prueba.

La marca de la ganadora de estos Juegos Joan Benoit , de 2h.24,52, se mantuvo invicta como récord olímpico, durante 16 años, cuando la atleta japonesa Naoko Takahaski registró un tiempo de 2h.23,14 en los Juegos de Sydney de 2000, marca con la cual abrió el paso, a todas las grandes especialistas que venían por detrás.

Si nos atenemos a los mejores tiempos «All Time» de esta prueba, veremos que entre las 10 mejores marcas, 9 pertenecen al actual Siglo XXI. lo que demuestra que la aparición constante de nuevas practicantes, deja muy claro que la época dorada de esta especialidad no echo más que empezar.

LAS PRIMERAS INICIADORAS DEL MARATÓN EN ESPAÑA

Para conocer el abismo que existe, entre los maratones de hombres y mujeres, bastará decir que si los primeros encontraron sus referentes, a finales del Siglo XIX , las mujeres por su parte, no los tuvieron hasta el decenio de 1970 del Siglo XX. Es decir más de 70 años de retraso.

En nuestro país, todo empezó en los años de 1970, cuando un reducido grupo de valientes atletas, capitaneadas por Matilde GómezIciar Martínez, Joaquina Casas, Rosa Talavera, Mercedes Calleja, Marina Prat, Consuelo Alonso, María Luisa Irizar, Elena Cobos… no tuvieron ningún tipo de complejos, para salir a la luz pública, en pruebas gran fondo, creando el primer núcleo referente, para otras atletas españolas, que no dudaron en imitarlas.

Matilde Gómez, la primera recordwomen española

Puestos a enumerar marcas y plusmarcas, empezaremos por aquellas situadas por debajo de las 4 horas, siendo la atleta de Sabadell, Matilde Gómez perteneciente de la JAS (Juventud Atlética de Sabadell), la primera que encabezaría el listado español de plusmarcas, con un tiempo de 3h.55,03 alcanzado en población gerundense de Palafrugell el día 12 de marzo de 1978, donde también participaron las catalanas Esther Más Montse Camps, así mismo, consideradas como pioneras de esta clásica competición.

Esta atleta sabadellense, ya tenía unos antecedentes en pruebas de gran fondo, dado que dos años antes ya fue laureada como campeona de España de campo a través por equipos, con su club la JAS de Sabadell. Posteriormente, después de haber tomado parte en diferentes maratones, incluyendo la de Nueva York de 1978, participo dos años mas tarde, en la Primera Maratón de Barcelona, donde alcanzó su mejor registro personal con un tiempo de 3h.15,40.

También se tiene que decir, que en el año 1977 una atleta vasca, no especialista de fondo, sino más bien participante en pruebas de velocidad, vallas o longitud, quiso probar fortuna, aunque fuera de forma testimonial, en correr los 42.195 metros, en la ciudad francesa de Burdeos, junto con los hombres.

Su nombre Lourdes Gabarain, nacida en Tolosa, el día 4 de febrero de 1960, que según diferentes fuentes de información, realizó este intento, en la mencionada ciudad francesa, el día 15 de octubre de 1977. Su tiempo fue de 4h.51,32. El ganador de esta prueba fue un tal Sabatier con 2h.26,53 en la cual también participaron algunos atletas guipuzcoanos.

Lo que sí es verídico y sirve como referencia, es que esta atleta terminó la prueba, por lo que se la puede considerar, como primera mujer española, en realizar este agónico recorrido del maratón femenino.

GRANDES PIONERAS DEL MARATÓN FEMENINO EN ESPAÑA

Otro hecho que hay que señalar, es que en aquellos tiempos, se dejaba participar a todos sin límite de edad. Hay constancia que la participante más joven, en aquella época, corresponde al nombre de Silvia Barrientos, con sólo 10 años y la de mayor edad, Gerónima Rillo con 51 años. Llegando ya el año 1980, era muy habitual en las más importantes pruebas de fondo, contemplar las evoluciones de nuestras mujeres, junto con los hombres, tanto en nuestro país, como fuera de él.

La primera atleta española al rebajar el tope de las tres horas, corresponde a la vasca Rosa Talavera, con una marca de 2h.59,30 conseguida, en la localidad de Oiarzun, en 1980. Esta misma atleta, tuvo el honor de inscribir su nombre como primera Campeona de España, en la misma población de Oiarzun, con un nuevo récord español de 2h.58,32 escasamente un año más tarde.

Este tiempo considerado casi como un hecho histórico en aquel año, tan sólo duró tres meses, cuando otra emblemática atleta de MadridIciar Martínez, venida de las competiciones de pista y campo a través, señala un tiempo, de 2h.49,02 en el maratón de Nueva York , una marca increíble, si tenemos en cuenta, que rebaja en mas de 20 minutos, la anterior marca de la mencionada Rosa Talavera.

EL COMIENZO DE UNA ETAPA MUY PROMETEDORA

Rocío Ríos, mejor española en unos Juegos Olímpicos

La primera aparición en unos Juegos Olímpicos, se produjo en la cita de Altanta de 1996, donde nuestra atleta Rocío Ríos, obtuvo la quinta plaza, con un tiempo de 2h.30,50, que representa hasta hoy, la mejor clasificación femenina española en unos Juegos. A su lado igualmente tomaron parte, las emblemáticas atletas. Mónica Pont Ana Isabel Alonso, conformando el triplete histórico, de la presencia de España, en su primera cita olímpica.

La proliferación de atletas, que siguieron dando lustre a nuestro listado de marcas, fue constante con nombres tan conocidos como, María Luisa Muñoz, Isabel Eízmendi, María Isabel Abel, Alessandra Aguilar, María Luisa Larraga , Beatriz Ros…. que dejaron su huella como las referentes y los pilares, donde siempre se apoyaron, las nuevas especialistas de esta emblemática prueba.

Actualmente, a pesar de estos positivos activos, la prueba de maratón en España, a diferencia de lo que sucede más allá de nuestras fronteras, denota un claro descenso, en cuanto a la calidad de sus registros.Si nos atenemos por nuestros ránkings de mejores marcas, veremos que todo él, esta conformado por nombres ilustres de finales del Siglo pasado, por lo que no es arriesgado afirmar, considerarla como la mejor época dorada del maratón femenino español de todos tiempos, concretamente entre los años 1995 y 2001.

Solo una atleta, Alessandra Aguilar, cuyo mejor registro, data del año 2009, y de la cual pueden esperarse nuevos y positivos activos para esta especialidad, pudo incluirse entre este selecto grupo de grandes especialistas.

DOS DE LAS GRANDES REFERENTES DEL MARATÓN ESPAÑOL

 LA ATLETA ICIAR MARTÍNEZ, UNO DE LOS GRANDES REFERENTES ESPAÑOLES  

La histórica atleta Iciar Martínez, con el dorsal 57, teniendo a su izquierda, a un joven amante de las pruebas de fondo, José Mª. Odriozola, durante el curso de uno de los muchos maratones que disputó

Barris.org. Historia del maratón olímpico femenino: la difícil integración de las mujeres. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/333-marathon-n-femenina