FUENTE: Barris.org
Como en casi todas las pruebas del calendario olímpico, esta especialidad dio sus primeros pasos a mediados del siglo XIX cuando en los entornos rurales de los países británicos, los atletas profesionales contaban con un gran respaldo popular, atraídos por las apuestas de los aficionados.
Un profesional inglés William Jackson tiene reconocido por los estadísticos de aquella época, un tiempo de 14:52,0 conseguido en Londres el 31-05-1852, mientras que el primer amateur, George Farran, igualmente de la misma nacionalidad, lo tiene, con un tiempo de 16:52,0 alcanzado en Dublín el 28-03-1957. Pero si hemos de catalogar al mejor de este siglo, este sería otro inglés Walter George, con una marca de 14:54,0 conseguida en Londres el 17-05-1884.
El inicio cronológico oficial, de los 5000 metros lisos, no sucedería hasta los inicios del siglo XX, una vez constituida la Federación Internacional de Atletismo IAAF con motivo de los Juegos de Estocolmo de 1912, cuando esta incluyó por primera vez, la distancia métrica, al mismo tiempo que se reconocía, al primer campeón y recordman olímpico, el finlandés Hennes Kolehmainen, con una marca de 14:36,6.
Hasta este fecha los 5000 metros apenas existían, dado que casi todas las pruebas de fondo, se disputaban sobre la distancia medida por yardas y millas, especialmente en el Reino Unido. Para situarnos cerca de los 5000 metros, se puede decir que la prueba de las 3 millas (4828m.) fue la que creó la duda y la indecisión de los rectores del olimpismo, para decidir cual de ellas, debía ser incluida en el calendario olímpico. Esto pudo se uno de los motivos por el cual esta atractiva prueba, no figuraba en el programa oficial de los Juegos Olímpicos, en sus cuatro primeras ediciones.
Hay que señalar que en los Juegos de París de 1900 se celebró una prueba de 5000 metros de campo a través, por los Bosques de Boulogne, como una exhibición más, de los actos de la Exposición Universal de París, cuyos organizadores estaban más preocupados por el éxito de la exposición, que de los propios Juegos Olímpicos,. Con toda la razón, estos Juegos son considerados hasta la actualidad, como los peor organizados de la historia olímpica.Ver el documento de Historias Olímpicas, de esta plana, la que corresponde a los Juegos de París de 1900 .
Una vez establecida su presencia en el calendario oficial, la prueba de 5000 metros sería enriquecida continuamente por un numeroso grupo de grandes fondistas, sobresaliendo entre ellos, los famosos atletas voladores de Finlandia, encabezados por el mejor fondista de todos los tiempos Paavo Nurmi.
Siempre a la sombra de este mítico campeón, también estaban el propio Hennes Kolehmainen,Ville Ritola, Laure Lehtinen, Taisto Mäki y Gunnar Hoerckert que dominarían todos los Juegos Olímpicos, disputados entre 1912 y 1936. Es decir hasta las mismas puertas del inicio de la Segunda Guerra Mundial, la cual como es sabido cercenó la progresión y los esfuerzos de los mejores fondistas mundiales.
No sería hasta los Juegos de Londres de 1948, cuando la gloria y el esplendor de esta prueba, recuperó su brillantez con la aportación de uno de los más grandes campeones jamás vistos sobre una pista de competición. Nos estamos refiriendo al checoslovaco Emil Zatopek, también conocido, como la “locomotora humana” por su peculiar forma de correr, gesticulando y moviendo sus brazos y cabeza, con la impresión de caer al suelo en cualquier momento.
Este gran atleta ha sido hasta la fecha, el único hombre en alcanzar en unos mismos Juegos, tres medallas de oro en las pruebas de fondo. Este hecho sucedió en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952, en las pruebas de 5000, 10000 y maratón, Una gesta increíble, que todavía hoy 61 años después, perdura en la memoria de todos los analistas del mundo.
Después de la reanudación de Londres, de 1948, no tardaron demasiado en aparecer otros grandes mitos, como el belga Gastón Reiff ganador de los 5000 metros en la capital londinense, que dejarían su huella en esta primera mitad del Siglo XXcon el sueco Gunder Hägg, el soviético Vladimir Kuts, los australianos Murray Halberg y Ron Clarke, inglés Gordon Pirie o el húngaro Sándor Iharos, todos ellos campeones olímpicos o plusmarquistas mundiales, que tuvieron el honor de cerrar un glorioso ciclo de oro, todavía con las viejas pistas de ceniza.
CUANDO EL 5000 METROS ALCANZA SU CÉNIT
Fue a partir de la aparición del tunecino Mohamed Mammoudi, ganador del oro en los Juegos de Méjico de 1968, cuando el atletismo africano dio un paso de gigante en todos los ránkings mundiales, con impresionantes plusmarcas y títulos, que todavía hoy permanecen vigentes..La aparición de nuevas tecnologías y las rápidas pistas sintéticas, tienen mucho que decir, sobre esta apabullante superioridad.
Sería imposible nombrar en este esquemático historial, todos los nombres ilustres que jalonan los listados internacionales. De todas formas se pueden contemplar en las tablas insertadas al final de este documento.Tanto en todos los Juegos Olímpicos celebrados desde 1968 como así mismo, en los diversos campeonatos mundiales disputados desde 1983, el testimonio y el referente de este dominio arrollador.
Igualmente en la tabla correspondiente a los “All Time” se puede ver sin equívocos esta aseveración. De todas formar basta recordar a Said Aouita, Henri Rono, Ron Clarke, Kipchoge Keino, con el finlandés Lasse Viren entre ellos, que fueron entre otros, los que precedieron a Daniel Komen, Haile Grebrselassie y Kenenisa Bekele, los últimos.
LA INCIDENCIA DE ESTA PRUEBA EN ESPAÑA
A diferencia de otras pruebas, cuando se busca el origen del 5000 metros en España, es relativamente fácil, dado que existen datos desde las postrimerías del siglo XIX, cuando en nuestra península se organizaban competiciones pedestres de fondo en todo tipo de recorridos. Igual podían ser por ruta, campo a través, pistas improvisadas de tierra, o de asfalto, por no hablar de las fiestas patronales de Aragón, y Euskadi, donde siempre el numero fuerte de sus fiestas, eran las “Corridas de pollos” que se disputaban en las plazas mayores i eras de trillar en Aragón, e incluso en plazas de toros en Euskadi, donde desarrollaban sus desafíos, los “korricolaris” del país vasco.
En la misma década de la recuperación de los “Primeros Juegos Olímpicos de Atenas de 1896”, se celebra en Barcelona la primera prueba reconocida en los libros de historia del atletismo español, que organizó el profesor Jaime Vila, del Gimnasio Tolosa de Barcelona, el día 9 de diciembre de 1888. Según los historiadores atléticos de la época, era la primera prueba pedestre de fondo en España, en un trayecto que empezaba en la barcelonesa calle del Duque de la Victoria, para llegar a la entonces villa de Sarriá, en un trayecto de ida y vuelta de 14 km. que los corredores cubrieron en un tiempo de 55 minutos.
Pero muchos años antes en Zaragoza, ya hubo un desafío pedestre, entre un italiano llamado Achiles Bargossi y el andarín aragonés Chistavin de Berbegal, en la plaza de toros de la capital aragonesa, el día 22 de octubre de 1882. (Ver el documento del 13 de diciembre de 2012 del link de Noticias de esta web), para conocer detalles de esta histórica competición, que ocupó muchos titulares en los periódicos de la época.
Pero situándonos en los primeros años del Siglo XX, se tiene que mencionar, que ya en aquellos tiempos se organizaron numerosas pruebas pedestres por todo el territorio español, competiciones gratuitamente tituladas, como campeonatos de España, Regionales, Sindicales, Juegos Olímpicos Madrileños, Concursos Olímpicos, Juegos Olímpicos Gallegos, Olimpiada Valenciana, etc. y todo lo que uno quería poner, según las conveniencias de cada organizador.
La primera marca oficial reconocida, según los estadísticos de la época, correspondió a José Tovar con un tiempo de 17:52,0 realizada en el hipódromo de Barcelona, el día el día 25 de marzo de 1907. Pero no sería hasta el año 1914 cuando se consigue bajar de los 17 minutos, hazaña que realizó el catalán Pedro Prat, al conseguir un tiempo de 16:49,8 el día 5 de julio de 1914 en Barcelona. Todo ello en circuitos improvisados tanto en carretera como en césped, como fue el caso de José Tovar.
Hay que señalar que Pedro Prat fue todo un referente para los atletas de la época,poseer en su momento todos los récords de España, entre los 800 y la maratón inclusive.
Para buscar la primera marca oficial en pista, Hay que esperar hasta 1918, cuando Juan Muguerza señala en San Sebastián un crono de 16:13,8 Este récord de Muguerza fue batido por Joaquín Miquel en Barcelona con una marca de 15:41,6, el día 23 de marzo de 1924.
El listado de atletas que fueron superando paulatinamente esta marca es larguísimo. Los nombres del propio Pedro Prat, Juan Muguerza, Joaquin Miquel, o el vizcaíno Jesús Oyarbide, que cerró la década de 1920 con un tiempo de 15:21,4 , en una eliminatoria de los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928, el 31 de julio de 1928, hablan por si solos, de la competividad que mantenían en aquellos años los fondistas españoles, que posteriormente han sido considerados, como los pioneros de esta especialidad en España.
EL LARGO PARÉNTESIS DEL ATLETISMO EN ESPAÑA
Después de los Juegos de Amsterdam, salvo unas tímidas actividades de nuestros atletas, el atletismo español, junto con otros deportes, sufrió un obligado parón por imperativos de la Guerra Civil, no reanudándose las actividades, hasta las vigilias de los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, donde un reducido grupo de atletas tuvo una testimonial actuación, con la participación de Gregorio Rojo con una marca de 15:19,0 en 5000 metros, pero eliminado en su serie. Por otro lado el atleta riojano Constantino Miranda, fue el único español que llegó, después de superar su serie, a la final de 3000 obstáculos con un tiempo de 9:25,0 clasificándose en octava posición.
Las secuelas del conflicto bélico español, fue difícil de superar. La precariedad era absoluta, dado que los pocos españoles presentes en Londres, ya tenían una avanzada edad, pero siguieron aportando su colaboración en la década de 1950. El hecho de que ningún representante español estuviera presente en los dos siguientes Juegos de Helsinki 1948 y Melbourne 1956 hablan por si solo de la pobreza de registros deportivos en casi todos los deportes.
En la década de recuperación, como es considerada la de 1955, aunque lenta pero segura, nuestro deporte se vio fortalecido con la aparición de destacados fondistas como Antonio Amorós, Luis García, José Coll, Buenaventura Baldomá, Pedro Sierra, Francisco Guardia, Jesús Hurtado, José Molins, Carlos Pérez, Manuel A. Alonso, que fueron entre otros, los que aportaron el revulsivo, que hizo posible, que pocos años más tarde, aparecieran los grandes campeones de esta segunda mitad del siglo.
Esta transición en España, se produjo a partir de la década de 1970, cuando apareció la segunda avanzadilla, de lo que muy pronto aparecería detrás de ellos. Los nombres emblemáticos de Mariano Haro, Fernando Aguilar, Javier Alvarez Salgado, Antonio Prieto, Enrique Molina, Antonio Prieto, José Antonio Campos, Fernando Cerrada, Santiago de la Parte, Ramón Tasende, dejaron entre otros, muy bien trillado el camino por donde debían transitar los actuales dominadores, de una de las pruebas más espectaculares del calendario atlético.
LO QUE VENÍA POR DETRÁS
Sería a partir de los años de 1980, cuando la presencia española en el ránking europeo, es cada vez más sólida, siendo solicitada su presencia en los más importantes meetings internacionales. La guardia de honor, de este nuevo grupo de campeones, lo presiden los medio-fondistas José Luis González, José Manuel Abascal, Anacleto Jiménez, Manuel Pancorbo, Isaac Viciosa, Juan Carlos Higuero, José Antonio Redolat, que en sus esporádicas incursiones en esta prueba, dejaron constancia de que el medio fondo, es perfectamente compatible con los 5000 metros.
LOS GRANDES FONDISTAS DE LOS AÑOS 1960 -1970
Pero lo que vino por detrás, y no solo en España, fue una nueva y complicada etapa. Ya plenamente asumido y aceptado el profesionalismo en todas sus vertientes, la imposición de los sponsors a los organizadores, y las exigencias de las cadenas de televisión cada vez más ávidas de ofrecer gestas espectaculares a sus telespectadores, obligan en muchos casos, a la utilización de métodos que van en contra de la pureza del deporte.
A todo ello debe unirse la participación de los atletas liebre profesionales y los oscuros temas de la farmacología, que tienen un alto riesgo. Es verdad que todo ayuda a la mejora de los registros, pero el precio de todo ello, conlleva a situaciones muy peligrosas. Es verdad que los organismos internacionales intentan cortar de raíz, pero no siempre lo consiguen. El agotamiento prematuro de muchos atletas, no solo acorta su actividad competitiva, sino que incluso pueden dañar su salud en algunos casos.
Centrándonos en nuestro país, huelga decir nombres, ni señalar a nadie. El tema es internacional, y el tiempo es quien da y quita razones, que inevitablemente pondrá las cosas en su justo punto. Presuntamente nuestro atletismo esta limpio y nada que reprochar a nadie.
Actualmente el récord español absoluto, pertenece al atleta africano, nacionalizado español Aelemayehu Bezabeh, con una marca de 12:57,25 alcanzado en Oslo el 4 de junio de 2010, registro que ya entra en los altos niveles internacionales.
EL MÁS GRANDE DE TODOS EN LA ÉPOCA MODERNA
Barris.org. Referentes históricos de los 5000 metros lisos masculinos: en busca de sus orígenes históricos. España. Recuperado de: http://www.barris.org/index.php/es/pruebas-historia/96-espanol/espanol-pruebas-historicos/257-5000-metros-masculino